La investigación determinó que el animal fue lanzado desde 28 metros de altura y, tras caer en un arbusto, se levantó por instinto y caminó unos 30 metros antes de morir.
El Mercurio (Imagen referencial)
Un tribunal de Costa Rica condenó a dos años de cárcel –pena máxima para delitos de maltrato animal– a un hombre, identificado con los apellidos Saborío Soto, por causarle la muerte a un gato que lanzó desde el sexto piso de un edificio residencial.
El Tribunal Penal del Segundo Circuito Judicial de San José leyó la sentencia, en la que impuso los dos años de cárcel por violación a la Ley de Bienestar Animal, pero le otorgó a Saborío la ejecución condicional de la pena, es decir, estará en libertad y solo irá a prisión si comete otro delito dentro de los próximos cinco años.
La Federación Canina de Costa Rica, que interpuso la acción penal contra el sospechoso, expresó su satisfacción por la condena. "Quienes hagan este tipo de hechos en Costa Rica asumen la consecuencia penal de dos años de cárcel y estamos trabajando en la Asamblea Legislativa para que las penas sean más altas. Fue un proceso agotador, pero valió la pena", manifestó el presidente de la agrupación, Rubén Rodríguez.
El caso se remonta a noviembre de 2019 cuando Saborío, de 31 años, lanzó al animal desde un sexto piso de un edificio de departamentos ubicado en Curridabat, San José, lo cual quedó grabado en un video que circuló en las redes sociales.
Tras conocerse el video, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) realizó entrevistas que le permitieron obtener información acerca del sospechoso, además de testimonios de personas que le brindaron ayuda al gato.
Dado que ninguno de los residentes de los apartamentos reclamó al animal, las personas decidieron enterrarlo en uno de los senderos que rodea el complejo.
Los investigadores reconstruyeron el sitio del suceso y extrajeron el cadáver del felino para obtener pruebas para el caso, según informó el OIJ.
La investigación determinó que el animal fue lanzado desde una altura de unos 28 metros y, tras caer en un arbusto, se levantó por instinto de supervivencia y caminó unos 30 metros antes de morir.