El hombre había sido contratado como profesor particular por los padres de la menor.
El Mercurio (Imagen referencial)
Un profesor de matemáticas de Singapur –país aplaudido en foros internacionales por su excelencia académica, y criticado, por otro lado, por su extrema exigencia sobre los estudiantes– fue enviado a la cárcel tras dar puñetazo a una alumna de 8 años que falló en sus ejercicios.
El docente, Teo Thian Hoe, de 56 años, fue condenado por un juzgado de ese país a pasar cuatro días de cárcel, publica el diario "South China Morning Post".
El hombre, que fue contratado como profesor particular por los padres de la menor, cuya identidad está protegida, se había declarado culpable de los hechos el pasado 17 de octubre.
Según los documentos de la fiscalía, el docente agredió a la niña al menos dos veces, una el 18 de marzo, mientras estaban solos en una sala de estudio con las puertas cerradas y Teo comenzó a irritarse porque la menor no daba las respuestas correctas a sus ejercicios.
En un momento determinado, según la fiscalía, le propinó dos puñetazos en el antebrazo izquierdo, tras habérselo sacudido con sus dedos. También agarró la cabeza de la niña y la empujó hacia atrás.
Ante las quejas de la menor, los padres activaron una cámara de vigilancia, y pudieron observar cómo empleaba los mismos métodos al día siguiente, mientras uno de los progenitores estaba en casa, quien se enfrentó al profesor al ver las imágenes en directo.
Los padres de la menor lo denunciaron ante la policía y él se excusó diciendo que había perdido la "paciencia" pues la niña era "una estudiante muy lenta" y no "mostraba interés".
Singapur cuenta con un sistema educativo conocido por su alto nivel de exigencia y segregación desde edades muy tempranas en asignaturas como matemáticas y ciencias, prioritarias en el modelo de ese país, centrado en formar a trabajadores de los sectores en auge, como las finanzas y la tecnología.
Considerado un "éxito educativo" por ocupar habitualmente las primeras posiciones en el informe Pisa –que realiza cada tres años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE)–, en la isla surgen críticas por parte de profesores y alumnos por su extrema demanda y carácter monolítico.
Mientras las asignaturas como las matemáticas y las ciencias dictan principalmente los resultados totales, abocando a muchos niños a recurrir a tutores en sus horas de descanso, las materias de índole creativa o el ejercicio físico apenas son valorados.