La niña no tenía problemas de habla, pero sí dificultades para desplazarse. Además, contó a los policías que nunca había visto un bosque o caminado por el pasto.
El Mercurio (Imagen referencial)
Un impactante caso salió a la luz en Alemania, donde se descubrió que una niña de 8 años pasó 7 años de su vida encerrada en una habitación en la casa de sus abuelos maternos, en la localidad de Attendorn.
Según publica el diario "La Vanguardia", la pequeña nació en diciembre de 2013 y poco después sus padres se separaron. Meses más tarde, la madre le informó al progenitor, mediante una nota, que se trasladaba con su hija a vivir a Calabria, Italia.
Sin embargo, esto no ocurrió, sino que la mujer mantuvo a la niña escondida en la casa de sus abuelos para ocultársela al padre, quien le envió cartas y regalos a la menor, los que siempre llegaban de vuelta.
De acuerdo al medio, el hombre empezó a sospechar que la niña y su madre seguían viviendo en Attendorn tras ver a la mujer en varias ocasiones en esa localidad alemana.
Ante esto, presentó una denuncia y los servicios sociales llegaron a interrogar a los abuelos maternos, quienes aseguraron que ambas vivían en Italia y se negaron a dejarlos entrar a la vivienda.
Sin pruebas contundentes, los investigadores decidieron no actuar, hasta que un familiar de la madre reconoció a la policía que sí estaban en la casa de los abuelos maternos.
Con este nuevo antecedente y una orden judicial, el 23 de septiembre la policía acudió al domicilio y liberó a la menor, quien habría permanecido unos 7 años recluida en una habitación.
Si bien no presentaba signos de desnutrición ni dificultades de habla, sí tenía serios problemas para desplazarse y subir escaleras.
Además, la pequeña les comentó a los investigadores que nunca había visto un bosque, caminado por un prado o viajado en automóvil. "No pudo vislumbrar mucho el mundo exterior", certificó el fiscal Patrick Baron von Grotthuss al periódico local SauerlandKurier.
Tanto la madre como los abuelos se han negado a declarar y la menor permanece con una familia de acogida bajo supervisión psicológica mientras avanza la investigación. La mujer podría enfrentar a una pena de 10 años de cárcel por mantener cautiva a su hija.