Con la medida se pretende limitar la gran cantidad de turistas que visitan diariamente la ciudad de los canales.
El Mercurio
La ciudad italiana de Venecia aplazó hasta el próximo verano (boreal) –aunque sin poner fecha– la obligación de reservar una entrada para poder visitarla. Esto mientras sus autoridades estudian los reglamentos y el modo para implementar esta compleja medida que pretende limitar la masiva presencia de turistas.
En un primer momento, el ayuntamiento de la ciudad había previsto iniciar las pruebas el 16 de enero 2023, pero según la prensa local se decidió aplazar su entrada en vigor ante una serie de problemas técnicos y jurídicos que esperan superar en los próximos meses.
Sin embargo, la cuestión del impacto turístico sobre Venecia, después de las 500 mil personas que llegaron el 1 de noviembre, sigue sobre la mesa, y de hecho el nuevo ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, afirmó que es necesario abordarlo, pero que tenía que estudiar el informe para "que todo sea jurídicamente compatible con el marco normativo".
El pasado 1 de julio, el ayuntamiento había aprobado el primer borrador del reglamento de entradas que la fijaba entre 3 y 10 euros, dependiendo de la fecha, de modo que en los días en que se espera la llegada de un mayor número de personas la entrada costaría más.
"Estudiaré el dossier de Venecia y luego daré mi opinión: todo acto debe ser jurídicamente compatible con el marco normativo", sostuvo la autoridad.
Según este primer reglamento, las entradas se podrían reservar en una plataforma en internet y después del pago sería posible descargar un código QR para mostrarlo en caso de que fuera requerido por agentes del ayuntamiento. Las multas oscilarían entre los 50 y los 300 euros.
Detractores afirman que Venecia se convertirá en un parque temático
Uno de los problemas son las excepciones, considerando los residentes, quienes van a la ciudad a trabajar, entre otros; y además que este mecanismo puede revelar información detallada sobre los hábitos, movimientos y comportamiento de las personas, así como sobre su estado de salud, en caso de que soliciten ingresar a Venecia para ir al hospital.
El aplazamiento también se debe a cuestiones prácticas, como la necesidad de impulsar una campaña de información a nivel mundial para comunicar a los turistas de las nuevas normas.
También será necesario firmar acuerdos con hoteles y plataformas para comunicar los datos de las personas alojadas y con empresas ferroviarias. Tampoco se ha decidido si se colocarán torniquetes en las principales entradas a la ciudad, posibilidad que se discutió mucho en el pasado.
Pero además esta decisión ha sido muy criticada por la oposición en el ayuntamiento, que esgrime que así se transformará a Venecia en un parque temático, en el que se paga entrada.
El 19 de noviembre se realizará una manifestación organizada por asociaciones y grupos políticos para impugnar la medida.