Un ambiente totalmente distinto al de mundiales anteriores es el que se vive en varias ciudades europeas consideradas altamente futbolizadas. Así, lejos de la efervescencia que se respiraba en otras copas del mundo, donde todo se paralizaba para ver los partidos, Qatar 2022 no ha generado ese entusiasmo en ciudades como Berlín, Barcelona o París, donde esta vez ha primado el desánimo y un desapego con este torneo.
Porque si bien para muchos el fútbol puede llegar a ser casi una religión, ahora hay algo más importante en juego: los derechos humanos básicos; y, a la luz de lo ocurrido en Qatar, muchos consideran que a la FIFA le parece importar más el dinero que el verdadero espíritu futbolístico.
Según publica el diario británico "Daily Mail", en un hecho sin precedentes, esta vez se han registrado enormes protestas pacíficas contra la FIFA y el régimen opresivo de Qatar, en circunstancias que en otros mundiales el tema central era cómo jugaban los equipos.
Donde este boicot ha sido más marcado es en Alemania, donde numerosos bares han decidido no trasmitir el Mundial de Qatar y, en lugar de mostrar los partidos, proyectan películas, organizan torneos de futbolín y dardos e incluso juegan la Copa del Mundo en PlayStation.
El pub de culto "Lotta", en Colonia –que tiene dos pantallas gigantes que constantemente muestran fútbol–, es uno de los bares deportivos más emblemáticos del país y el lugar ideal para ver fútbol desde hace 27 años. Sin embargo, no está trasmitiendo el torneo. "Queremos dar un ejemplo contra este sistema de la FIFA completamente corrupto, donde todo gira alrededor del dinero, y derechos humanos y la cultura del fútbol no importa en absoluto. Y, por supuesto, en Qatar peor aún, con la opresión hacia las mujeres, la discriminación contra los homosexuales y las pésimas condiciones laborales", dijo su dueño, Peter Zimmermann, a Deutsche Welle (DW). Allí incluso ocultan las etiquetas de las cervezas que tengan el logo del mundial.
El pub de Dortmund "Mit Schmackes" –propiedad del ganador de la Copa del Mundo de 2014, Kevin Grosskreutz– está dispuesto a perder dinero por su postura contra la FIFA y Qatar. "Nos encanta el fútbol y también podemos decir que vivimos el fútbol. Pero nos negaremos a transmitir los partidos de la Copa del Mundo en Qatar, incluso si esto resulta en pérdidas para nosotros", dijo el pub en una publicación de Instagram.
El sueño de otro pub en Berlín, Steif Krüger, dijo que boicoteará todo el torneo, incluso si Alemania llega a la final. "Lo que está pasando en la Copa del Mundo es simplemente terrible. Las personas que siempre han visto fútbol con nosotros también saben que no lo mostraremos y están felices de apoyar eso", afirmó. En tanto, en la entrada del pub "Baiz", en Berlín, están escritos los lemas "Qatar 2022 no es nuestra Copa del Mundo" y "Boycott Qatar".
Baja venta de televisores y de camisetas, y sin apuestas en la oficina
En Alemania, poco antes del inicio de Qatar 2022, hubo protestas generalizadas contra la Copa del Mundo durante los partidos de la Bundesliga y la segunda división, con fanáticos que sostenían pancartas que criticaban la situación de los derechos humanos en ese país y su postura frente a los homosexuales, que son castigados con hasta siete años de cárcel o incluso la muerte por lapidación. A eso se suman los reportes que indican que 6.500 trabajadores inmigrantes que habrían muerto construyendo la infraestructura de la Copa del Mundo.
"No queremos disfrutar de un Mundial así. Los fanáticos no se identifican con eso y dicen que no quieren tener nada que ver con eso", dijo Bernd Beyer, de la iniciativa Boicot Qatar 2022.
El rechazo se acrecentó aún más cuando los jugadores alemanes –que estaban ansiosos por protestar contra la falta de derechos LGBTI+ y el trato hacia los trabajadores migrantes en Qatar– no pudieron usar el brazalete "One Love" tras la advertencia de sanciones por parte de la FIFA.
Según consigna DW, la falta de entusiasmo frente al torneo también se nota en que no hay autos con banderas alemanas, campañas de intercambio de láminas de los jugadores del álbum del Mundial, ni hay apuestas en las oficinas. Tampoco se ven los partidos en pantallas exteriores.
Esto también se ha expresado en la baja venta de camisetas de la selección alemana. En tiendas de deportes, como Intersport o Sport2000, han vendido un 50% menos de camisetas de la selección alemana que hace cuatro años. "Hasta ahora no es ni la mitad de lo que suele venderse en las tiendas en eventos importantes de este tipo", dijo el presidente de la Asociación de minoristas deportivos alemanes, Stefan Herzog, al grupo de diarios RND.
La venta de televisores, que generalmente aumentan para los principales eventos deportivos, también ha bajado en ese país.
Barcelona, Bélgica y Francia sin pantallas gigantes para ver los partidos
En Barcelona, en tanto, –la segunda ciudad más grande de Europa y sede del icónico club 'Barça'– no hay en este Mundial un área de visualización pública para la Copa del Mundo, como sí ocurría en los torneos pasados.
La alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, argumentó que no "dedicaría recursos públicos ni espacios públicos para ver un Mundial que se está disputando en una dictadura". "Es un error organizar un evento deportivo mundial, que debe promover los valores democráticos, la paz y los derechos humanos, en una dictadura", afirmó la autoridad, consigna el "Daily Mail".
"No dedicaría recursos ni espacios públicos para ver un Mundial que se está disputando en una dictadura"
Ada Colau, alcaldesa de Barcelona
En Bélgica, la federación de fútbol también abandonó los planes para establecer una zona para que los fanáticos siguieran los partidos en pantallas gigantes, por falta de demanda, algo también impensado en un país muy futbolizado.
"Dado que para la mayoría de los aficionados no era posible viajar a Qatar, queríamos llevarles la Copa del Mundo. Pero vendimos muchas menos entradas de las que habíamos planeado, y está claro que en este momento los eventos con pantallas gigantes son menos populares que en otros años", explicó un vocero de la federación.
Las ciudades de Francia –actual campeón del mundo– también han prohibido las áreas públicas de visualización de la Copa del Mundo, en protesta contra la FIFA y Qatar.