La provincia neerlandesa de Holanda del Norte prohibirá la publicidad de empresas y productos fósiles, carne y pescado de las marquesinas municipales en las paradas de buses, la primera de las 12 provincias de Países Bajos en dar este paso
como parte de la lucha contra la crisis climática.
La prohibición afectará a unas 500 marquesinas de buses propiedad de la provincia. "Como provincia, estamos trabajando arduamente para resolver la crisis climática, pero nuestras marquesinas brindan una plataforma a las empresas que actúan contra esto. Como provincia sostenible,
ya no queremos anuncios de vuelos de larga distancia ni gasolina", señaló al diario Volkskrant la concejal provincial de los verdes GroenLinks, Anouk Gielen.
Holanda del Norte sería así la primera provincia neerlandesa en prohibir de forma inmediata la publicidad de productos fósiles, carne y pescado en sus marquesinas, aunque
otros ocho municipios (Ámsterdam, La Haya, Utrecht, Nimega, Haarlem, Enschede, Amersfoort y Leiden)
han expresado su intención de tomar una decisión similar.
Haarlem y Nimega ya han prohibido los anuncios de productos con carne producida en las marcogranjas, mientras que Ámsterdam rechaza los anuncios en el metro que sean de vehículos de gasolina o de vuelos de bajo coste, aunque esta publicidad aún se puede ver en otras partes de la ciudad.
Un portavoz de Holanda del Norte declaró que
la provincia tiene derecho a rechazar una publicidad determinada, lo que se establece ya en el contrato con el operador de esa publicidad, por lo que esta prohibición entrará en vigor de inmediato, y ya
se está discutiendo lo que se hará con los anuncios actuales y ya comprados que no se ajustan a estas nuevas reglas.
"Vemos que ninguna de las empresas puede operar de manera climáticamente neutra, pero
nos preocupan aquellas que bombean combustibles fósiles a gran escala", agregó Gielen, quien indicó que la prohibición en su provincia se centra en "productos con combustibles fósiles como fuente de energía" y "productos cárnicos o pesqueros".
Además, puso de ejemplo "el tabaco" y recordó que "aunque la gente aún lo puede comprar, no se le alienta" a ello en las marquesinas, pero rechazó hacer una distinción entre la carne producida de forma sostenible y la ganadería intensiva, porque "es importante para los objetivos climáticos que comamos menos proteínas animales, vengan de donde vengan".