La esterilización o castración de mascotas es un procedimiento quirúrgico que se realiza para evitar que las mascotas se reproduzcan. En el caso de las hembras, se extirpan los ovarios y, en algunos casos, también el útero (histerectomía), mientras que en los machos se extirpan los testículos (orquiectomía).
La esterilización y castración de los animales tiene distintos beneficios. Uno de ellos es que desacelera el crecimiento de la población, siendo fundamental para el control de ejemplares sin hogar y para el control de enfermedades.
En relación al punto anterior, sin iniciativas o campañas de esterilización, muchos animales sin hogar son sacrificados, abandonados o mueren por enfermedades.
La esterilización o castración reduce conductas relacionadas con las hormonas. En el caso de los machos, estos son menos propensos a deambular y a contraer enfermedades o sufrir lesiones.
Asimismo, los perros castrados pueden ser más protectores, ya que no se tientan de procear, deambular o pelear con otros machos.
La esterilización y castración reducen la necesidad de marcar territorio y el comportamiento ansioso y agresivo, disminuyendo la incidencia de mordeduras de perros.
La esterilización y castración eliminan los riesgos de salud para los animales mismos, como la piometra, el tumor venéreo transmisible (TVT) o los cánceres reproductivos.
Por consiguiente, los animales esterilizados a temprana edad viven vidas más largas y saludables.
La Human Society International (HSI) sostiene que hay muchos mitos rondando sobre la esterilización. Uno de ellos es que es antinatural o molesta para el animal. Ante este dicho la organización sostiene que es falso, que es una emoción humana no aplicable, que surge de la domesticación que los sacó "del orden natural".
Otro es que los animales se sentirían menos “machos o hembras”. Otra afirmación falsa, ya que las mascotas no tienen conceptos de identidad sexual o ego, y no sufren una crisis de identidad cuando son esterilizadas.
También se desmiente la creencia de que si son esterilizadas se volverán obesas o perezosas. La mayoría de las mascotas aumentan su peso por la falta de ejercicio y por una alimentación excesiva por parte de sus dueños.
Por último, se menciona que -justamente- las tasas de eutanasia aumentan en zonas donde no hay programas o campañas disponibles de esterilización.