Controla el volumen: escucha música a un volumen moderado y nunca al máximo.
Usa audífonos de calidad: elige auriculares que ofrezcan una buena calidad de sonido y aislamiento del ruido ambiental.
Descansa tus oídos: después de escuchar música durante un tiempo prolongado, haz una pausa para descansar tus oídos.
No compartas tus auriculares: los auriculares pueden ser un foco de infección, así que no los compartas con otras personas.
Limpia tus auriculares: limpia tus auriculares con regularidad para evitar la acumulación de suciedad y bacterias.
No uses auriculares mientras conduces: la música puede distraerte mientras conduces, así que es mejor evitar usar auriculares mientras manejas.
Evita escuchar música en lugares ruidosos: si escuchas música en un ambiente ruidoso, aumentarás el volumen y eso puede ser perjudicial para tus oídos.
Usa protección auditiva en conciertos: si asistes a un concierto, lleva tapones para los oídos para proteger tus oídos de los altos decibeles.
No te expongas a sonidos fuertes por largos periodos de tiempo: evita estar expuesto a sonidos fuertes por más de 30 minutos seguidos.
Sé consciente de los ruidos cotidianos: presta atención a los ruidos del ambiente y trata de reducirlos si es posible.
No uses cotonitos para limpiar tus oídos: los hisopos pueden empujar la cera hacia adentro del conducto auditivo y causar problemas.
No intente lavarse los oídos por dentro del conducto. No es necesario limpiar esa parte de los oídos con agua y jabón.
No te automediques: no uses remedios caseros ni medicamentos sin la supervisión de un médico, ya que pueden ser perjudiciales para tus oídos.
Haz revisiones periódicas: hazte chequeos auditivos periódicos para detectar cualquier problema a tiempo.
Mantenga hábitos saludables: una dieta balanceada rica en vitaminas y minerales puede ayudar a prevenir problemas auditivos. Igualmente, evite el tabaco y el alcohol.