La
ex Primera Ministra de Nueva Zelandia, Jacinda Ardern, reivindicó este miércoles su
manera sensible y empática de liderar, durante un emotivo discurso en el Parlamento plagado de risas y bromas con sus compañeros con el que puso fin a casi 15 años de carrera política.
"(Pueden) ser amables, tener corazón o remangarse, ser madres o no, ex mormones o no, ser empollones, llorones o ser de los que dan abrazos. Pueden ser todas esas cosas y no solamente pueden estar aquí, si no que
pueden liderar como lo hice yo", declaró emocionada Ardern, quien gobernó entre marzo de 2017 y enero pasado.
La ex mandataria hizo un repaso de
todas las características personales a las que nunca renunció durante su carrera, en especial en los cinco años que ejerció de Primera Ministra, a pesar de que afrontó tragedias y desastres sin precedentes para el país.
Su liderazgo empático
Ardern, quien en 2017 y a sus 37 años se convirtió en la política más joven del mundo en ocupar la jefatura de Gobierno, recordó en su discurso que el asumir el cargo fue una especie de "un cruce entre el sentido del deber de dirigir un tren de carga en movimiento (...) y ser atropellado por uno".
Y es que, durante su gobierno,
Ardern afrontó con empatía y sensibilidad situaciones difíciles como el ataque terrorista de marzo de 2019 contra dos mezquitas de la ciudad de
Christchurch, donde 51 musulmanes fueron asesinados por un supremacista blanco, la erupción del
volcán Whaakari en diciembre de 2019, con 22 fallecidos, así como la pandemia del
covid-19.
"Como nación, nos propusimos cuidarnos los unos a los otros, y lo hicimos", remarcó Ardern, con un Kakahu (manto tradicional maorí) sobre los hombros y habló además en la
lengua indígena para reconocer a los pueblos originarios y en
árabe para expresar su afecto a las víctimas de la masacre de Christchurch.
Lucha contra la desinformación y la crisis climática
Ardern, quien en enero anunció su dimisión sin previo aviso al sentirse sin fuerza para seguir liderando el país, recordó que en los últimos meses de la lucha contra la pandemia de la covid-19 se propagó "una miríada de información falsa" que detonaron en manifestaciones antivacunas frente al Legislativo.
Estas protestas en el país, que aplicó medidas muy férreas durante la crisis sanitaria y superó la covid-19 con un número relativamente bajo de decesos, se tornaron en acciones violentas en febrero de 2022 que le supusieron una pérdida de imagen.
Por ello, la exmandataria pidió a sus conciudadanos y al Parlamento que luchen contra la desinformación porque es la "némesis de la democracia" y, según dijo, intenta "silenciar a la gente" y "acallar los debates".
Ardern también pidió al Parlamento de Wellington, donde su escaño quedará vacante hasta los comicios de octubre, que no dejen de luchar contra la crisis climática dado que "se lo debemos a las nuevas generaciones y a nosotros mismos".
Su vida después de la política
Su dimisión se dio un día después de conocerse que
Ardern asumirá el cargo honorífico de enviada especial del "Llamamiento de Chirstchurch", una iniciativa que ella misma impulsó con el objetivo de
eliminar los contenidos de odio y extremistas de internet, a raíz de la retransmisión parcial en las redes sociales de la matanza en la homónima ciudad.
Además, la líder, con ahora 42 años,
se unirá de forma honorífica al Patronato del Premio Earthshot -que preside el príncipe William de Inglaterra- y otorga premios a distinguidos paladines en la lucha contra la crisis climática.
Ardern, cuyo carisma y uso de las redes sociales generó una ola de admiración,
también prometió estar en casa para cuando su hija Neve entre a la escuela primaria y casarse con su pareja Clarke Gayford, "su guardián" y quien se ha encargado de las tareas del hogar y la crianza de su pequeña.
Efecto Trump
En su declaración, la política aseguró que su dimisión no estaba vinculada al acoso que sufrió en internet.
Sin embargo, la ex Primera Ministra neozelandesa Helen Clark dijo hoy a Radio New Zealand que el odio que se expresó contra la carismática líder fue avivado por "
el populismo y la división" generada por el expresidente estadounidense Donald Trump y sus seguidores.
"Las conspiraciones se afianzaron", comentó Clark al mencionar que "el implacable bombardeo de Estados Unidos", por parte del propio Trump, negacionistas, antivacunas y otros conspiranoicos, tuvieron un impacto en la exlíder neozelandesa.