Las autoridades militares colombianas consideraron que es casi imposible hallar a Wilson, un perro que participó en el rescate de los cuatro niños indígenas extraviados durante 40 días en la selva, luego de que la avioneta en la que viajaban con tres adultos se accidentara en la selva.
El canino estuvo con los menores en algunos momentos de su travesía y sus huellas junto a las de los niños fueron clave para que el equipo de búsqueda encontrara a los pequeños.
El general Pedro Sánchez, comandante conjunto de Operaciones Especiales de las Fuerzas Militares de Colombia y responsable del operativo, dijo el martes a la emisora Blu Radio que se mantienen las unidades de búsqueda y que será el Comando General el que "anunciará cuando se acabe la operación".
No obstante, Sánchez aseguró que se ha hecho todo lo que está al alcance de las autoridades, "pero
hasta el momento ha sido imposible y creemos que ya es imposible encontrarlo".
Precisamente este lunes el presidente del país, Gustavo Petro, condecoró a Drugia, la madre de Wilson –que también trabaja en operaciones especiales del Ejército. Ella recibió, junto a su entrenador, el soldado Anderson Acosta, una medalla "simbólica" durante la ceremonia de condecoración a los militares e indígenas que participaron en la Operación Esperanza, en la búsqueda de los menores, que están recuperándose de su estancia en la selva en un hospital de la capital.
Según Sánchez, hay que ser conscientes del lugar en el que se encuentra el canino, "que es una selva totalmente inhóspita, con peligros como tigres, jaguares, serpientes venenosas que son una amenaza para Wilson y Wilson para ellos".
El animal, un pastor belga de seis años, fue reportado como extraviado el 8 de junio, un día antes de que los cuatro niños indígenas aparecieran en la selva entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, en el suroriente colombiano.
Los cuatro menores estaban perdidos desde el 1 de mayo cuando la avioneta en la que viajaban con su madre se accidentó en la selva.
Wilson y otros cuatro perros rastreadores fueron trasladados a la selva en mayo con el fin de hallar el avión monomotor Cessna que se había estrellado con los cuatro niños y tres adultos a bordo. Los adultos fueron encontrados sin vida.
Cuando el pequeño avión fue localizado y el equipo de búsqueda se dio cuenta de que los niños podrían estar con vida, el adiestrador de Wilson le dio a oler algunas prendas de los menores.
El perro se separó del grupo de búsqueda el 18 de mayo y se adentró en la selva siguiendo el rastro de los niños. Diez días después el ejército encontró huellas de los niños junto a las de sus patas. Esas pistas ayudaron a que los soldados se acercaran a la zona donde fueron hallados los pequeños.
Sánchez dijo entonces que los niños relataron que habían estado con el perro por dos o tres días.
Tras el rescate de los menores las autoridades centraron su atención en la búsqueda de Wilson.
Entre los recursos utilizados para tratar de hallar al perro se ubicó comida en sitios estratégicos y se introdujo en la selva a dos perras en celo para atraerlo, pero esas acciones han resultado infructuosas.