Corte se pronuncia a favor de Caster Semenya: Campeona olímpica fue discriminada por sus niveles de testosterona
La deportista hiperandrógina sudafricana se negó a tomar medicamentos para regular sus hormonas, condición impuesta por la asociación de atletismo como forma de regular la "ventaja injusta" dentro de las competencias en deportes femeninos. Aquí las claves del caso.
Después de cinco años de disputa legal, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos concluyó que la deportista sudafricana intersexual Caster Semenya fue víctima de discriminación por parte de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics) y otras instituciones. Estas le impidieron participar en algunas carreras debido a sus niveles de testosterona, que no cumplían con los umbrales establecidos por el organismo en abril de 2018.
Desde esa fecha, Semenya, quien es doble campeona olímpica y tres veces ganadora mundial, se negó a seguir las reglas y a tomar medicamentos para reducir artificialmente su nivel de testosterona. En su opinión, respaldada ahora por el tribunal europeo con sede en Estrasburgo, las regulaciones impuestas por la Federación son discriminatorias y violan su derecho a competir libremente en deportes femeninos. A pesar de haber sido legalmente identificada como mujer al nacer y de identificarse como tal toda su vida.
En este sentido, la sentencia emitida este martes apunta a Suiza, ya que en agosto de 2020 su tribunal ratificó, en nombre de la "equidad deportiva", la decisión del Tribunal Arbitral del Deporte de mantener esta regulación. Las diversas instancias habían cerrado la participación de Semenya en competiciones de alto nivel, pero la decisión conocida puede iluminar el camino.
¿En qué consistía el caso?
El caso de Semenya, respaldado por la Federación Sudafricana de Atletismo, en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, era contra el gobierno de Suiza por no proteger sus derechos cuando su tribunal supremo falló en su contra hace tres años en relación con las reglas. Sus abogados argumentaron que se habían violado sus derechos porque había sido discriminada y se le había negado un "recurso efectivo" contra esa discriminación en sus desafíos legales anteriores.
El núcleo de su argumento era que siempre ha sido legalmente identificada como mujer y debería poder competir en deportes femeninos, incluso si tiene un nivel de testosterona más alto que el rango típico para las mujeres. Semenya sostiene que su testosterona debería considerarse un don genético de la misma manera que, por ejemplo, la altura de un atleta o los brazos largos de un nadador.
Si bien World Athletics no puede cuestionar su género legal, la entidad afirma que Semenya tiene una condición médica que la hace "biológicamente masculina" y que su alta testosterona le da una ventaja injusta, de la misma manera que un hombre compitiendo en deportes femeninos. A su vez, el organismo considera necesario establecer reglas para abordar esta cuestión.
La afirmación de "biológicamente masculina" provocó una respuesta airada de Semenya, en lo que ha sido una batalla amarga durante más de una década. Se trata de un caso altamente complejo en el que se combinan argumentos éticos y científicos en un problema muy emotivo sobre la equidad en el deporte, y que sentaría un precedente para otros atletas afectados.
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¿Es el mismo problema que viven las deportistas trans?
No, aunque los problemas están relacionados de alguna manera. Semenya no es transgénero. World Athletics reconoce que Semenya fue legalmente identificada como mujer al nacer, pero argumenta que tiene una de varias condiciones conocidas como "diferencias en el desarrollo sexual" (DSD, por sus siglas en inglés), donde presenta el patrón cromosómico XY típico de los hombres y un nivel de testosterona dentro del rango típico para los varones.
World Athletics y otros deportes citan la alta testosterona como un factor que proporciona a las mujeres transgénero, que han hecho la transición de hombre a mujer, una ventaja atlética injusta en competiciones femeninas. Esta es precisamente la razón por la que las autoridades atléticas anunciaron, en marzo de este año, la prohibición de la participación de mujeres transgénero en eventos femeninos.
Fue con este mismo argumento, respaldado por informes de expertos, que World Athletics estableció en abril de 2018 un umbral máximo de testosterona (5 nanomoles por litro de sangre) para competir en categoría femenina en distancias que van desde los 400 metros hasta la milla (1.609 metros). Dentro de este rango se encuentra la distancia preferida de Semenya, los 800 metros.
Para cumplir con esta regla, el organismo prescribió tres métodos para las deportistas: tomar píldoras anticonceptivas, recibir inyecciones que bloquean hormonas o someterse a una cirugía.
¿Hay otros atletas afectados?
Sí, recientemente, la corredora namibia Christine Mboma, quien ganó la medalla de plata en los 200 metros en los Juegos Olímpicos de Tokio en 2021, fue excluida de participar en la carrera de 400 metros debido a las mismas reglas. Otra corredora de 800 metros, Francine Niyonsaba de Burundi, ha afirmado que también se ve afectada por las reglas. Ella ganó la medalla de plata detrás de Semenya en la carrera de 800 metros en los Juegos Olímpicos de 2016.
World Athletics afirma que hay "varias" atletas femeninas de élite que cumplen con las reglas, aunque no revelará sus nombres para proteger su confidencialidad médica. Ahora todas ellas deben reducir sus niveles de testosterona si desean competir en eventos de alto nivel, como los Juegos Olímpicos y los campeonatos mundiales.
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La resolución y la respuesta
Con una votación de cuatro jueces a favor y tres en contra, la corte europea falló a favor de Semenya, argumentando que Suiza violó el Convenio Europeo de Derechos Humanos en cuanto a la prohibición de la discriminación, el derecho al respeto de la vida privada y el derecho a un recurso efectivo. Además, el tribunal condenó a Suiza a pagar 60.000 euros en costos.
"El fallo respalda a la Federación Sudafricana de Atletismo, que siempre ha sostenido que los reglamentos estaban mal concebidos, que carecían de una base científica sólida y que eran altamente discriminatorios hacia las atletas femeninas con niveles altos de testosterona", comentó el tribunal.
Sin embargo, este fallo no invalida el reglamento de World Athletics y no abre directamente la posibilidad de que Semenya participe en los 800 metros sin tratamiento. "La regulación actual sobre las diferencias en el desarrollo sexual, aprobada por el Consejo de la Federación Internacional en marzo de 2023, sigue en vigor", precisó el tribunal.
Por su parte, la Federación emitió un comunicado en el que tomaba nota de la decisión emitida por "una cámara muy dividida" en el TEDH. Además, expresó que su punto de vista sigue siendo que las regulaciones relacionadas con las diferencias en el desarrollo sexual son un medio necesario, razonable y proporcionado para proteger una competencia justa en la categoría femenina.
La Federación coordinará con el gobierno suizo para estudiar los siguientes pasos, y considerando las opiniones disidentes con dicha decisión, alentará a las autoridades suizas a recurrir ante la Gran Sala del TEDH, que funciona como un tribunal de apelación y cuyas decisiones son definitivas.