Este viernes se cumple un año de la muerte de la reina Isabel II, quien falleció a los 96 años en su residencia de Balmoral, Escocia, siendo la monarca más longeva de la historia del Reino Unido. En sus siete décadas de reinado vio pasar a 15 primeros ministros y marcó una época para generaciones de británicos desde la postguerra, que nunca conocieron a otro monarca.
Con toda la carga simbólica y admiración que despertaba Isabel II, se podía advertir cierta incertidumbre en el traspaso del poder a su sucesor, su hijo Carlos III, quien ascendió al trono con 73 años, lidiando con una compleja relación familiar y, aparentemente, sin el carisma y el halo que proyectaba su madre.
Pero ya ha transcurrido un año desde que Carlos se convirtió en rey, lo que ha implicado una reconfiguración de los títulos y las funciones de la familia real, en que se ha visto un mayor protagonismo de William y Kate, ahora como príncipes de Gales; la ascensión de Camila a reina consorte, una figura controvertida en el pasado, pero que terminó obteniendo la venia de Isabel II; y un mayor relego de los duques de Sussex, a quienes incluso se les despojó de su residencia en Londres, mientras que a Harry se le retiró de la web el título de "Su Alteza Real".
¿Cómo ha cambiado la familia real británica en este primer año sin Isabel II?, ¿Qué se puede esperar del reinado de Carlos III?, ¿Puede sostenerse una institución como la realeza en el futuro? José Manuel Cerda Costabal, doctor en Historia Medieval y autor del libro "Coronación. La monarquía británica en una sola palabra", analiza el tema en profundidad en entrevista con Emol.
El también académico de la Facultad de Psicología y Humanidades de la USS, cree que "ha sido una transición muy aceptada por el pueblo británico" y "sin grandes cuestionamientos" al sucesor de Isabel II, en que, además, la popularidad de la monarquía se ha mantenido alta, "lo que habla de la solidez y del respeto que hay por esta institución milenaria".
"Ha sido una transición pacífica y muy aceptada por el pueblo británico"
-Al cumplirse un año de la muerte de Isabel II, ¿cómo se ve a la familia real británica? ¿Se ha debilitado frente a la sociedad? Los últimos sondeos le otorgan alrededor de un 60% de apoyo...
Yo creo que no se han producido grandes cambios. Creo que hay tres fenómenos que hay que analizar en este año que ha transcurrido de la muerte de la reina Isabel. Uno es la transición, que ha sido una transición pacífica, sin mayores disputas, sin grandes cuestionamientos. La gente pensó "como Carlos no tiene tanta popularidad, la gente lo va a cuestionar" y, sin embargo, no se han producido protestas importantes ni nada por el estilo, sino que ha sido una transición súper pacífica y muy aceptada por el pueblo británico.
Lo segundo es que creo que la monarquía se ha anotado una gran victoria mediática frente a los duques de Sussex. Cualquiera haya sido la intención de Harry y Meghan –tanto con la publicación del libro, atacando a la familia, como con el documental–, claramente han fracasado en su intento de desestabilizar a la monarquía o de generar un gran cuestionamiento mundial en su contra. Porque el Palacio de Buckingham, prácticamente sin pronunciarse, sin decir una sola palabra, sin sacar comunicados ni sentirse interpelado, ha triunfado, me parece a mí. La opinión pública se ha volcado más a apoyar a la monarquía que abrazar la causa de los duques de Sussex, que en los últimos meses se han visto bastante cuestionados. Entonces creo que es una gran victoria, que en el fondo habla de la solidez de la monarquía, del respeto que hay por esta institución milenaria.
Y el tercer punto es la coronación, que fue impecable. Fue clave en proyectar la monarquía como ésta quiere ser vista en el mundo. Hubo guiños a la modernidad de una monarquía que quiere actualizarse, que se siente funcionando dentro del siglo XXI, que preserva las tradiciones –eso es parte de su identidad–, pero que también es capaz de marcar una impronta propia...
-¿Cuáles fueron estos guiños a la modernidad que se hicieron en la ceremonia de coronación?
Lo que quedó más en la mente es el canto de la música góspel, que es un guiño a la variedad que existe dentro del credo anglicano. También se hace un guiño a la Commonwealth, al carácter multicultural que tiene la monarquía, de una manera bastante más clara y más explícita que en coronaciones previas. En la coronación de la reina Victoria, por ejemplo, lo que se proyectaba era imperialismo, el "Rule, Britannia" y todo eso. Aquí se ve un cambio, se ve una monarquía que tiene mayor consideración por la diversidad que existe dentro de los pueblos que originalmente fueron parte del Imperio Británico, que hoy día son parte de la Mancomunidad de Naciones, y también dentro de las distintas prácticas religiosas dentro del credo anglicano.
"La monarquía se ha anotado una gran victoria mediática frente a los duques de Sussex. Cualquiera haya sido la intención de Harry y Meghan –con la publicación del libro y el documental–, claramente han fracasado en su intento de desestabilizar a la monarquía"
José Manuel Cerda
Yo creo que Carlos III logró, en la ceremonia de la coronación, proyectar esta idea de que no es simplemente el hijo de Isabel II, sino que es rey de pleno derecho y que, aunque no vaya a ser su reinado muy largo, va a marcar una impronta distinta.
Entonces, esos tres factores –transición pacífica, incuestionada; victoria mediática del Palacio de Buckingham frente a la arremetida de los duques de Sussex; y una coronación impecable– han hecho que la popularidad de la monarquía se mantenga, y que en el fondo haya sido un muy buen año para la monarquía británica tras la muerte de la reina Isabel II.
"La monarquía se sostiene por sí sola; no importa el rey, es la institución"
-Este gran apoyo que persiste a la monarquía tiene algo que ver todavía con el duelo por la muerte de la reina Isabel II o tiene su propio mérito?
No, yo creo que no. Yo creo que la monarquía se mantiene por sí sola. Tanto es así que ahora, el 8 de septiembre, no va a haber grandes eventos públicos (por el aniversario de la muerte de la reina). Tradicionalmente, la reina Isabel II, cuando llegaba el 6 de febrero, que es la fecha en que murió su padre Jorge VI, ella no hacía grandes eventos públicos, como nostálgicos o apenados, sino que se iba privadamente a Sandringham, que es la casa donde él murió. Y ahora Carlos III va a hacer exactamente lo mismo, calcado: Va a vivir un momento privado de reflexión y de pena por la muerte de su madre en Balmoral, el castillo escocés donde murió la reina el año pasado.
Y la gente se sorprende, porque dice "la reina Isabel II fue tan importante, cómo no se va a hacer un acto público". Pero eso no es entender la monarquía. Aquí lo que importa no son las personas, no es el rey, es la institución. Y eso es un poco lo que se trasluce en la serie "The Crown". Su gran mensaje es que no importan las personas, lo que importa es la monarquía; el concepto de que puede quedar gente incluso en el camino, que puede quedar gente destruida, pero lo importante es que la institución siga adelante, por sobre los anhelos personales. Ése es el gran mensaje de "The Crown" y lo estamos viendo plasmado ahora.
"Carlos se preparó 70 años para ser rey, no quiere simplemente ser conocido como el hijo de Isabel II, y aunque no vaya a ser su reinado muy largo, va a marcar su propia impronta"
José Manuel Cerda, doctor en Historia Medieval
Esta expresión bien sobria del (aniversario de) la muerte de la reina tiene que ver también con transmitir que la monarquía está viva y que tiene un monarca vivo; que en el fondo las cosas continúan, y por eso la frase "ha muerto la reina, viva el rey" lo expresa muy bien, "a rey muerto, rey puesto", se dice en España, y a nosotros nos parece impactante, pero el Reino Unido no puede quedar sin cabeza de Estado ni un solo segundo.
Y Carlos se preparó 70 años para ser rey, tú comprenderás que no quiere simplemente ser conocido como el hijo de Isabel II; va a marcar su propia impronta, su propia marca.
"La monarquía se paga cinco veces sus lujos"
-¿Cuál es la legitimidad y el rol que tiene hoy día la monarquía británica? ¿Cómo se sostiene?
Son varias cosas. Primero, estabilidad política. Porque cuando tú tienes un jefe de Estado que mira a su pueblo y el bien común con la perspectiva de los años y las décadas, obviamente, que se toman decisiones a largo plazo que son muy buenas. Uno de los grandes problemas que tenemos en América Latina es que viene un gobierno y borra todo lo que hizo el anterior. Eso también se produce en el Reino Unido con los primeros ministros que entran y salen. Liz Truss duró tres meses, ¿qué es la figura de Liz Truss frente a una reina que reinó durante 70 años? A la política contingente, partidista, cambiante, se le pone por encima un jefe de Estado y eso le entrega al Reino Unido una estabilidad política súper potente. El Reino Unido no es un país perfecto, pero sí es un ejemplo de estabilidad política, de multiculturalidad, de beneficios sociales, es un ejemplo de democracia. Y la estabilidad es una condición básica para la paz. Y la paz es una condición básica para que la gente pueda desarrollarse normalmente en un país.
"La transición pacífica, incuestionada; la victoria mediática del Palacio de Buckingham frente a la arremetida de los duques de Sussex; y una coronación impecable, han hecho que la popularidad de la monarquía se mantenga, y que en el fondo haya sido un muy buen año para la monarquía británica tras la muerte de Isabel II"
José Manuel Cerda
En segundo lugar, la parte económica. Fíjate que la monarquía se paga cinco veces. O sea, todos los gastos de la monarquía, todos los privilegios y lujos, que son súper criticables, es un quinto de lo que la monarquía efectivamente le genera al Reino Unido, en términos de turismo, de souvenirs, de impuestos, de derechos televisivos. El funeral de la reina y la coronación tuvieron billones de espectadores en todo el mundo, que no están viendo solamente una ceremonia, están viendo al Reino Unido. Es promoción nacional. Son cifras objetivas. Lo que genera la monarquía al Reino Unido es cinco veces lo que gasta.
Y finalmente, quizás lo más importante, es un tema identitario y cultural. La monarquía no es un circo, no es un grupo de gente que se viste raro y tiene estas ceremonias medievales. Para los británicos, la monarquía es una cultura viva. Ven en ella su pasado, su historia, los elementos en común que los unen. Sí, hay movimientos republicanos minoritarios en el Reino Unido, pero en general la monarquía une, le da un sentido histórico a la nación, un sentido de tradición. Entonces, cuando ves que gente de todos los estratos socioeconómicos, de todas las edades, se agolpan en las calles para ver pasar a la familia real, no están viendo en show, están viendo pasar frente a sus ojos su historia, su identidad, su cultura. Y eso también contribuye a la estabilidad y a la cohesión de un país. La monarquía es un elemento de cohesión nacional.
"Reino Unido es un país muy vanguardista y la monarquía ha ido a la par"
-¿Y una institución anclada en la tradición no obstaculiza la evolución de la sociedad?
Reino Unido no es un país retrógrado. Es un país súper vanguardista, ha inventado la mitad de la música que escuchamos, ha inventado el 80% de los deportes que jugamos. Y esta cultura pop no ha sido contraria a la monarquía. Hay un grupo que se llama "Queen", las bandas de música tocan en los eventos de la monarquía. En los años 60, 70 y 80 se genera todo un movimiento pop, rock, en el Reino Unido y no son contrarios a la monarquía. En Chile, todo movimiento cultural de este tipo habría sido súper contrario a las tradiciones. Pero en Reino Unido son casi embajadores de la monarquía en el mundo. James Bond, la imagen de la reina saltando en los Juegos Olímpicos, es brillante, está muy bien pensado con una institución que, si uno mira con ojos modernos, no debiera existir, pero que existe y tiene un rol fundamental justamente porque ha ido a la par de la cultura, a la par de la música, de la ciencia. El Reino Unido tiene algunas de las mejores universidades del mundo, algunos de los mejores científicos del mundo.
"No hay otra estructura política que le haya dado un espacio tan importante de liderazgo político, de acción y protagonismo a las mujeres tanto como la monarquía británica"
José Mnauel Cerda
La monarquía no ha sido un impedimento para el desarrollo social, económico, diplomático, científico y tampoco ha sido un impedimento para la democracia. ¿Quién podría dudar que Inglaterra, siendo una monarquía, es infinitamente más democrático que muchos países que son repúblicas? La gente suele pensar que "monarquía está mal y república es perfecta". Pero "república" no es símbolo de democracia. Está la República Popular China, que tiene un régimen dictatorial; la República de Corea del Norte, el país menos democrático del mundo. En cambio, Japón es monarquía, Holanda es monarquía, los países escandinavos, que todos miran como gran ejemplo, son todas monarquías. El jefe de Estado de Canadá es Carlos III, no es república.
-La reina no opinaba de nada. ¿Se podrá ver ahora una familia real más involucrada en temas políticos, considerando el compromiso de Carlos III con el tema ambiental; o que ahora esté preocupado de reducir los gastos de la familia real, en medio de la crisis económica en el país?
Obviamente Carlos III no es Isabel II. Es una persona profundamente comprometida con miles de causas mundiales, desde lo ecológico a la protección de los derechos de la mujer, la igualdad. Él dirigía una serie de fundaciones que tenían que ver con el cuidado ecológico, le encanta la botánica, y es una persona que hace muchísimo tiempo viene hablando del cambio climático, incluso mucho antes que la gran mayoría de los líderes mundiales, él ya tenía un compromiso con este tema hace unos cuarenta años y en ese sentido fue bastante vanguardista.
Y sí, obviamente se va a revisar (el tema). Pero hay una cosa súper importante: al rey se le exige prescindencia política. Uno podría decir que el tema ecológico no es un tema político. Pero sí y no. Tiene algunos ribetes políticos en algunos países y, por lo tanto, el rey no se va a ver involucrado por ningún motivo en ningún tipo de conflicto.
La reina ni siquiera se pronunció respecto al Brexit. De manera solapada, entre líneas, podía dar a entender algo, pero no explícitamente. Hay una anécdota fantástica de la reina Victoria. A la reina Victoria le presentaban reformas del Parlamento que ella no tenía que discutir, pero sí tenía que aprobar finalmente. Y lo que ella hacía cuando no le gustaba una reforma, decía "ay, me siento mal, tráemelo mañana". Era una forma muy sutil de decir "no me gusta". Pero la monarquía no se va a casar con un comentario político. La prescindencia es estabilidad política.
Y que Carlos esté preocupado de reducir los costos de la familia real responde a un proceso más bien de actualización de la monarquía, más que a una postura política; es una manera de sentir con su pueblo, de empatizar con la situación de la inflación que viven las personas comunes.
"Una de las personas que vamos a ver relucir aún más es Kate"
-Y sin la figura de la reina, que acaparaba mucho la atención donde iba, puede que ahora más miembros de la familia real tengan protagonismo, no una sola persona, como William y Kate?
Sí. Yo creo que una de las personas que vamos a ver relucir aún más es Kate. Por varias razones: porque tiene una popularidad aplastante en el Reino Unido. Hoy día los dos miembros de la realeza mejor evaluados son ella y el príncipe Guillermo. Ese caudal de apoyo es un tesoro que ellos van a cuidar. Pero, además, ella es mujer, y como en los próximos 70 años, en todo el siglo XXI, no vamos a tener más una reina de Inglaterra, lamentablemente, sino que los próximos tres o cuatro reyes van a ser todos hombres (Carlos III, Guillermo y George), entonces ella va a tener un protagonismo especial, porque representa ese liderazgo femenino, representa lo femenino en la monarquía; y por la popularidad que tiene, porque conoce bien las lecciones de Diana –que Meghan Markle no las aprendió–, y porque la monarquía no quiere convertirla en una nueva Lady Di, sino entregarle un protagonismo especial, porque lo que ella transmite es todo lo que uno quiere ver en un miembro de la realeza.
Reino Unido ha tenido muchas reinas y una más grande que la otra: Isabel II, la reina Victoria, Isabel I, cuántas mujeres que han ejercido un liderazgo femenino que, ojo, no tiene ninguna otra institución política en el mundo, no hay otra estructura política que le haya dado un espacio tan importante de liderazgo político, de acción y protagonismo a las mujeres tanto como la monarquía británica, es impresionante.
La monarquía, con sus tradiciones milenarias, con sus formas, con sus ritos, las grandes reinas que ha tenido; la reina Victoria marcó una época, se habla de la época victoriana, ¿qué Presidenta en cualquier país del mundo ha marcado una época? Ése es un espacio que la mujer no ha tenido ni siquiera en la Iglesia Católica. Lo que quiero decir, en el fondo, es que siendo una institución tan milenaria, tan tradicional, es mucho más vanguardista realmente de lo que pensamos.
-¿Y qué cualidades tiene Kate que son tan apreciado en un miembro de la monarquía británica?
Que ella entiende el rol que debe cumplir una princesa de Gales y futura reina de Inglaterra, que es seguir las tradiciones y los protocolos. Ella, a diferencia de muchas de sus antecesoras, estudió en la universidad, se dirige a la gente de manera muy elegante, pero muy cercana al mismo tiempo, tiene una actitud que la gente valora mucho de cercanía, pero no de chabacanería. La gente la aprecia porque la considera una persona juvenil, pero elegante, cercana, pero tradicional y que entiende lo que dije al principio, que la institución está por sobre las personas. Esto es duro decirlo, pero es así, y si no lo entiendes vas a terminar como Diana o como Meghan.