Las nueces y el salmón están repletos de omega 3, lo que es ideal para proteger al corazón de infartos.
El Mercurio
Los alimentos ricos en omega-3 ofrecen grandes beneficios al cuerpo humano. Fortalecen las membranas del corazón y ayudan a mejorar el pronóstico en caso de que se produzca un infarto de miocardio. Eso es lo que expresaron los investigadores del Hospital Germans Trias i Pujol (IGTP) y del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM), en España.
De acuerdo con este estudio, publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology, los ácidos graso omega-3 de origen vegetal, es decir, los que se encuentra tanto en las nueces, como en la soja y sus derivados, actúan de manera complementaria con los ácidos que se encuentran en los animales.
"El Omega 3 es un ácido graso esencial, que el cuerpo no es capaz de producir por sí solo, por lo que se debe obtener a partir de alimentos tales como pescados azules, aceites vegetales, semillas o frutos secos como las nueces", dice Camilla Valdatta, nutricionista de la Clínica Universidad de los Andes.
Los niveles de omega 3 son altos en el salmón y en el atún, y tener una dieta que incluya este ácido, podría mejorar el pronóstico de un infarto. Además, existe un riesgo menor de reingresar al hospital por causa cardiovascular y por ende, reduce los niveles de mortalidad.
"Es de suma importancia consumir el omega 3, principalmente por su efecto antinflamatorio, además de reducir presión arterial, triglicéridos y colesterol, teniendo un efecto beneficioso sobre factores de riesgo cardiovascular. La evidencia muestra que reduce la mortalidad y eventos de enfermedad al corazón, especialmente en personas con falla cardiaca congestiva, infarto al miocardio o enfermedad cardiaca coronaria", agrega Valdatta.
Según la nutricionista deportiva Javiera Paz Candia, una dieta alta en omega 3, también podría ayudar a prevenir los infartos "porque disminuye la concentración de trigliceridos y las VLDL en el plasma, aumentando los niveles de HDL (colesterol bueno), también disminuye la progresión de la aterosclerosis y disminuye la concentración de homocisteina para prevenir la lesión del endotelio vascular".
El ácido eicosapentaenoico (EPA) es un tipo de ácido graso omega-3 que se encuentra en el pescado azul. Es por ello que cuando integramos a nuestra dieta de
manera regular el consumo de pescado azul, la EPA se incorpora a los fosfolípidos de las membranas de los cardiomiocitos
y protege de una gran variedad de estresores del corazón.
Hay que decir que este enriquecimiento de las membranas del miocardio limita los daños causados en caso de que se produzca el infarto.
Valdatta sentencia que "el omega 3 ayuda a prevenir infartos porque tenemos una alimentación alta en grasas saturadas y grasas trans, se pueden elevar los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, provocando que se acumulen placas en los vasos sanguíneos y logrando que éstos se obstruyan o tapen, provocando un infarto al miocardio, acá es cuando el omega 3 es beneficioso para su prevención, ya que reduce los niveles sanguíneos de colesterol y de triglicéridos".
Según Antoni Bayés, director clínico de Cardiología de Germans Trias, incorporar los omega-3 de origen marino y vegetal en la dieta de pacientes con riesgo cardiovascular es una estrategia integradora para mejorar su calidad de vida y su pronóstico si sufren un infarto.