Leda Bergonzi, la "sanadora de Rosario", en el Templo Votivo de Maipú.
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Miles de personas llegaron el sábado hasta el Templo Votivo de Maipú, con la intención de ser "bendecidas" por
Leda Bergonzi, la denominada
"sanadora de Rosario". Los fieles, muchos de ellos adultos mayores, enfermos, discapacitados o con movilidad reducida, soportaron largas horas de espera bajo altas temperaturas, con tal de tener contacto directo con la argentina, quien dice ser
un instrumento de Dios.
Tras la masiva actividad del sábado, Bergonzi estará este lunes en la Gruta de Lourdes, en la comuna de Quinta Normal, hasta donde ya han llegado una gran cantidad de personas.
La visita de la "sanadora de Rosario" ha sido ampliamente comentada en los medios, pero también ha recibido algunos
comentarios negativos. Es el caso de una carta publicada hoy en El Mercurio y firmada por
docentes en bioética que critican no la venida de Bergonzi, sino que sus
dichos respecto a los enfermos de cáncer.
"La así llamada 'sanadora' de Rosario congregó a miles de creyentes en su visita a nuestro país. Muchas personas que concurrieron a estas actividades lo hicieron con la esperanza de que, a través de ella, la fe pudiera curar enfermedades graves, tanto propias como de sus familiares", comienza la misiva firmada por Mariana Dittborn y Sofía Salas, docentes investigadoras en Bioética, UDD; Constanza Micolich, cuidados paliativos del Hospital Carlos van Buren; y Daniel Rojas, docentes en Psicooncología y Bioética, UDP.
"Valorando y respetando la espiritualidad de las personas enfermas, queremos manifestar nuestra preocupación por los dichos de Leda Bergonzi respecto del cáncer: 'Sabemos que tiene un origen, que es la falta de perdón', agregando que 'para todas las personas que padecen estas enfermedades, un camino es la sanación interior. Ir viendo dónde tengo mis heridas, mis emociones y hacer un trabajo en torno a la eucaristía, la confesión y perdonando", continúan.
"Aseveraciones como esta han culpabilizado históricamente a las personas con cáncer sobre su enfermedad, atribuyendo su aparición a una mala gestión emocional, ignorando la evidencia que ha desestimado permanentemente esta creencia. Pese al tinte humanizado de los dichos, lo que hacen es responsabilizar a los pacientes sobre su enfermedad", afirman.
"Estas creencias, además de falaces, resultan poco compasivas, ya que entonces a los padecientes, además de hacer frente a los dolores de la enfermedad, se les exige situarse en una posición moral hiperexigente. La realidad puede ser aún más dolorosa cuando son los padres de un niño enfermo quienes tienen que 'saber perdonar", indican.
"Esto es inaceptable y nos preocupa sobremanera que los medios de comunicación amplifiquen esta forma de concebir la enfermedad, lo que podría constituir una agresión para los y las pacientes, así como a la memoria de quienes han fallecido por esta causa. El cáncer no da por rencores guardados, ni por cobijar odio en el alma o por falta de perdón", concluyen.