Un
hombre arriesga cadena perpetua en Estados Unidos, si es hallado culpable del
asesinato de su propio hijo de 6 años por abuso "crónico". Se trata de Christopher Gregor (31), quien fue arrestado en julio de 2021, tres meses después de que el pequeño
Corey Micciolo muriera por un "trauma por fuerza contundente".
El juicio comenzó el 30 de abril pasado, pero esta semana se conocieron
imágenes captadas por una cámara de seguridad del gimnasio en el que entrenaba Gregor en Barnegat, Nueva Jersey.
En el registro se ve a
Corey corriendo en una trotadora, con su padre supervisándolo a su lado. Sin embargo,
la gran velocidad a la que va la cinta hace imposible que el niño siga el ritmo, por lo que cae hacia atrás. De inmediato
su padre lo levanta bruscamente del suelo
y lo vuelve a subir a la máquina, que continúa en movimiento. El niño logra seguir corriendo, pero
vuelve a caer cuando su padre aumenta aún más la velocidad de la trotadora. Corey intenta subir solo a la cinta, pero no lo logra y se va al piso. La situación
se repite al menos cinco veces.
Al ver las imágenes,
Breanna Micciolo, la madre de Corey que estaba en una disputa por la custodia del niño,
rompió en llanto. Según el relato de la mujer, días después de ocurrido el episodio del gimnasio,
ella se percató de que su hijo tenía varias lesiones y hematomas, y se lo informó a una asistente social de la División de Protección y Permanencia Infantil de Nueva Jersey.
De acuerdo al New York Post, Breanna llevó al niño a un pediatra, a quien
le dijo que su padre lo había obligado a correr en la cinta "porque estaba demasiado gordo".
Al día siguiente,
el propio Gregor trasladó a Corey al hospital luego de que despertara de la siesta tropezando, con dificultad para hablar y respirar, y náuseas.
Cuando los médicos le estaban realizando una tomografía, el pequeño sufrió un ataque y murió.
Parte del video mostrado esta semana en el tribunal. Crédito: X / Captura.Defensa asegura que el niño murió por una neumonía
El cuerpo de Corey fue sometido a una
autopsia, donde quedaron en evidencia las diversas
heridas que había sufrido. El médico forense a cargo determinó que estas habían sido
causadas por objetos contundentes y que, además, el pequeño
tenía contusiones cardíacas y hepáticas, inflamación aguda y septicemia. Sin embargo, el especialista finalmente sostuvo que la muerte de Corey fue por
causas "indeterminadas".
No obstante, posteriormente,
el patólogo forense consultor Thomas Andrew revisó el caso y descubrió una laceración en el corazón del pequeño, lesiones en el pecho y abdomen, una contusión pulmonar izquierda, y laceraciones y contusiones en el hígado. Tras ello,
calificó la muerte de Corey como un homicidio.
A pesar de todas las pruebas en su contra,
la defensa de Gregor asegura que el niño falleció a causa de una neumonía. "La muerte de Corey no tuvo absolutamente nada que ver con esa cinta de correr", aseguró Mario Gallucci, abogado de Gregor.
Durante las audiencias de esta semana,
Breanna Micciolo reveló que tuvo a su hijo a los 17 años y que cuando el niño tenía 4 años, una prueba de paternidad confirmó que Gregor era su padre. Según Gallucci, el hombre se llevó a Corey a vivir a su casa, en tanto que
la mujer perdió sus derechos de visita por consumo de drogas.
Y aunque Breanna reconoció su lucha contra la adicción a las drogas, aseguró que
las visitas a su hijo fueron restablecidas cuando ella buscó tratamiento.
Según señaló el medio Asbury Park Press, Gallucci cuestionó a la mujer el hecho de que el día en que su hijo murió, envió un mensaje a su entonces novio pidiéndole que consiguiera metanfetamina. No obstante, Breanna dijo que no consumió drogas ese día, aunque quería hacerlo. "Estaba muy molesta porque abusaron de mi hijo", replicó.
La mujer también admitió que
tras la muerte de Corey, ella y unos amigos arremetieron contra la casa de los padres de Gregor, lanzando piedras, peces muertos, huesos y huevos.
Los alegatos por este impactante caso continuarán el martes 7 de mayo.