Clarisa Figueroa (izquierda) estranguló a la víctima con un cable, con la ayuda de Desiree (derecha).
AP
Una
mujer de Chicago que se declaró culpable de ayudar a su madre a
matar a una adolescente embarazada en 2019 y
robar a su hijo desde el vientre, fue sentenciada el jueves a
30 años de prisión.
En enero pasado,
Desiree Figueroa (29) se había declarado culpable de asesinato por ayudar a su madre,
Clarisa Figueroa, en el ataque que mató a Marlén Ochoa-López, de 19 años. La mujer había accedido a testificar contra su madre, que
fue condenada en abril tras declararse también culpable de asesinato.
"Nunca podré disculparme lo suficiente por lo que hice", dijo Desiree Figueroa antes de que un juez del condado de Cook la sentenciara, informó WGN-TV.
Los fiscales dijeron que
Clarisa Figueroa estranguló a Ochoa-López con un cable el 23 de abril de 2019, después de atraer a la adolescente a su casa con la promesa de ropa gratis para su hijo por nacer. Ochoa-López
estaba embarazada de nueve meses. Clarisa Figueroa
luego llamó al 911, y dijo que había dado a luz y que el niño no respiraba.
El niño murió unos dos meses después.
Desiree Figueroa le dijo a la policía que había quitado los dedos de Ochoa-López del cable mientras la adolescente luchaba, y luego
le llevó a su madre un cuchillo para abrirle el abdomen a Ochoa-López y sacar a la guagua, informó el Chicago Sun-Times. Su acuerdo de culpabilidad con los fiscales exigía una sentencia de 30 años.
Las autoridades dijeron que poco después de que el hijo adulto de Clarisa Figueroa muriera por causas naturales, ella le dijo a su familia que estaba embarazada. Dicen que
planeó durante meses adquirir un recién nacido, y que publicó una ecografía y fotos de una habitación decorada para un bebé en su página de Facebook. En marzo de 2019,
ella y Ochoa-López se conectaron en una página de Facebook para mujeres embarazadas.
Los detectives que investigaban la desaparición de Ochoa-López descubrieron que ella había ido a la casa de Clarisa Figueroa. Dos semanas después de su desaparición,
la policía encontró su auto estacionado cerca y Desiree Figueroa le dijo que su madre había dado a luz recientemente.
Posteriormente,
las pruebas de ADN determinaron que el niño no era de Clarisa Figueroa.
El cuerpo de Ochoa-López fue encontrado en un basurero afuera de la casa de Figueroa.
Yovany López, quien estaba casado con la víctima y era el padre del niño, dijo en un comunicado que no podía soportar estar en la sala del tribunal con Desiree Figueroa durante su sentencia.
"No puedo soportar estar en la sala del tribunal, donde tendré que compartir el mismo aire con el monstruo que estranguló a mi esposa, mientras su madre le arrancaba a mi hijo del cuerpo", afirmó en su comunicado.
