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Libera tensión, pero podría dañar las articulaciones: Expertos revelan la verdad detrás de hacer crujir los dedos de las manos

A simple vista, esta acción parece totalmente inofensiva, y mucha gente la realiza debido a la sensación de bienestar y placer que les genera de forma inmediata. Pero también puede tener consecuencias.

12 de Junio de 2024 | 09:05 | La Nación / GDA / Editado por Sofía Cereceda, Emol
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Al hacer presión en las articulaciones, explotan unas burbujas presentes en el líquido sinovial, una sustancia que forma parte de una cápsula que recubre las articulaciones, y evita que los huesos se rocen y desgasten.

La Nación / GDA
El acto de hacer crujir los nudillos de los dedos o el cuello es un hábito común entre las personas. Algunas de las razones detrás de este comportamiento es que se trata de un hábito nervioso o de una acción que libera tensiones y reduce el estrés. Sin embargo, hay discrepancias en torno a las consecuencias que genera esta práctica.

Mientras que para algunos esta costumbre no parece tener efectos negativos, los especialistas advierten que en otros casos podría generar problemas e inflamar las articulaciones.

La forma más habitual de hacerlo es entrelazar los dedos de las manos y estirarlos hacia afuera. En otros casos, se aprietan de uno a la vez o, incluso, se cierra el puño y se ejerce presión con la mano contraria. Sin embargo, las personas más avanzadas también suelen hacer crujir el cuello, la espalda y las muñecas. De hecho, escuchar a la gente hacer sonar las articulaciones es algo común.

Un informe de la Universidad de Harvard explica que al hacer presión en las articulaciones, explotan unas burbujas presentes en el líquido sinovial, una sustancia que forma parte de una cápsula que recubre las articulaciones, y evita que los huesos se rocen y desgasten.

Según indican desde la casa de estudios, esta situación es similar a inflar un globo hasta que estalle. "Quienes tengan el hábito de hacerse sonar alguna extremidad, notarán que no pueden hacerlo dos veces seguidas, ya a que estas burbujas tardan alrededor de 15 minutos en volver a acumularse en la articulación".

¿Es negativo para la salud?

Pero, ¿tiene consecuencias hacer crujir las articulaciones? A simple vista, esta acción parece totalmente inofensiva, y mucha gente la realiza debido a la sensación de bienestar y placer que les genera de forma inmediata. Esto se debe a que "hay un montón de terminales nerviosas en las cápsulas articulares que evocan la impresión de liberar tensiones y relajar", comenta Alejandra Hintze, deportóloga e integrante de la comisión directiva de la Asociación Argentina de Médicos del Deporte.

En ese sentido, la especialista derriba algunos de los mitos relacionados con esta práctica, y menciona que siempre y cuando se haga de manera esporádica, "no lastima las articulaciones, tampoco deteriora los ligamentos ni rompe los cartílagos".

Al respecto, Javier Furman, kinesiólogo y fisioterapeuta, comenta que hubo un médico estadounidense llamado Donald Unger que experimentó con él mismo. Su análisis consistió en averiguar si hacer crujir los dedos tenía consecuencias a largo plazo. Para esto, se hizo sonar los de su mano izquierda dos veces por día durante 60 años, pero no hizo lo mismo con los de la derecha, que los dejó intactos.

Al cabo de ese tiempo se examinó y no encontró ninguna evidencia ni signos de artritis. Tampoco notó grandes diferencias en la contextura de ambas manos.

"Podría predisponer a una persona a desarrollar artrosis y artritis porque la cápsula articular se empieza a desgastar, el líquido sinovial se vuelve más espeso y las articulaciones se empiezan a chocar y friccionar".

Javier Furman, kinesiólogo y fisioterapeuta
De todas maneras, para Furman este hallazgo no es suficiente y señala que "hacerlo de manera recurrente podría predisponer a una persona a desarrollar artrosis y artritis porque la cápsula articular se empieza a desgastar, el líquido sinovial se vuelve más espeso y las articulaciones se empiezan a chocar y friccionar".

Además, Hintze comenta que esta costumbre, a la larga también podría debilitar los tejidos de las articulaciones y dejarlas propensas a que se inflamen o a que el agarre de los dedos de las manos se debilite. "De más está decir que aquellos que tienen problemas articulares de base, deberían evitar a toda costa hacerlas sonar", advierte la deportóloga.

Claves para cuidar las articulaciones

Hintze explica que para que las articulaciones estén sanas, si bien no hay una fórmula mágica, se pueden adoptar distintas estrategias para garantizar su cuidado y evitar su desgaste progresivo. Según dice la experta, el objetivo es que tengan buena movilidad y amplitud a lo largo de toda la vida.

Para conseguirlo, destaca que el primer paso es mantenerlas activas a través del ejercicio físico y la elongación: "Si el músculo está acortado, la articulación pierde flexibilidad y capacidad. Una buena forma de darse cuenta en qué estado están es por ejemplo, tratando de llevar el talón a los glúteos o las piernas a 90 grados mientras se está acostado", indica la experta.

Los mejores ejercicios para darles vitalidad a las articulaciones son los de rotación de hombros, muñecas y tobillos, los movimientos circulares de cadera y la leve torsión de columna. Para los expertos consultados es importante reparar en que no se le debe exigir al cuerpo de más, y que lo mejor es que la superficie en que se practican las actividades de impacto no sean sobre un terreno llano y duro.

En este camino, el estilo de vida también cumple un rol fundamental en el cuidado de las articulaciones. En palabras de Hintze hay que ser cauteloso con la cantidad de peso extra que se levanta. Además resalta la importancia de mantener el peso corporal adecuado. "Esto hará que las articulaciones sufran menos ya que estarán más livianas", remarca la deportóloga.

Por otro lado, Marilina Segura, kinesióloga y fisioterapeuta, suma a la alimentación como otro eje clave para el cuidado de las articulaciones con el argumento de que el alimento es la materia prima de la que se constituirá el cuerpo: "Llevar un régimen de comida saludable, ordenado y variado, beneficiará al organismo en todo sentido y permitirá un mejor desarrollo osteomuscular", menciona la especialista.

Sumado a ello, tampoco hay que descuidar la postura corporal. Para Segura lo mejor es evitar las posiciones estáticas por tiempo prolongado realizando pausas activas. "Si bien a veces la jornada laboral demanda pasar largas horas sentados frente a las pantallas, lo cual produce que la carga corporal se concentre en un solo punto, a través de pequeñas activaciones, las articulaciones no pierden movilidad", comenta la especialista.
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