Varias localidades han propuesto medidas para asegurar los recursos necesarios para el
mantenimiento de su patrimonio histórico, especialmente en momentos en que se registra un número récord de viajeros, o directamente han considerado necesario
controlar el turismo. Ambas opciones son las que se están planteando en Japón y en Italia. Mientras que el primero, está evaluando
doblar o triplicar el precio para visitar el castillo de Himeji en Japón, en
el segundo surgió la idea
cobrar por ir a ver la Fontana di Trevi en Roma.
Con respecto al recinto nipón, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el 1993, el gobierno de la prefectura de Hyogo (oeste de Japón) confirmó
que está estudiando aumentar el valor de entrada para los visitantes foráneos de cara a la primavera 2026.
Mientras que la tarifa de admisión para los ciudadanos locales se mantendría en los 1.000 yenes (casi
$6.400), de aprobarse la medida, el público foráneo pasaría a tener que abonar entre 2.000 y 3.000 yenes (
$12.800 y $19.200) por acceder a la construcción.
El
precio no
subiría únicamente para los turistas extranjeros, como propuso el alcalde de Himeji, Hideyasu Kiyomoto, durante un simposio internacional en junio, sino que lo haría
para todos los visitantes que no residan en el área del castillo.
Para los turistas procedentes de otros países, el gobierno municipal está considerando implementar un
"plan premium" que incluya un servicio de almacenamiento de equipaje y descuentos en restaurantes, además de la entrada al castillo.
El
aumento de la entrada llega en un momento en el que Japón registra cantidades récord de viajeros y persigue asegurar los recursos financieros necesarios para el mantenimiento y la gestión del castillo, incluida la instalación de muros de piedra resistentes ante terremotos.
Sin embargo, el precio por acceder al recinto no se encarecería hasta de aquí a un año y medio, puesto que la medida propuesta por la prefectura de Hyogo deberá ser revisada tanto por el comité municipal como por la Agencia de Asuntos Culturales de Japón antes de su entrada en vigor.
"El castillo de Himeji tiene más edificios designados como tesoros nacionales o propiedades culturales importantes que cualquier otro castillo de Japón,
y las tarifas de entrada son una importante fuente de financiación para preservarlo y promocionarlo", dijo un empleado público de la ciudad a la agencia de noticias Kyodo.
En el anterior año fiscal (del 1 de abril de 2023 al 31 de marzo de 2024), visitaron la atracción 1,48 millones de personas y se superó por primera vez el umbral de los 400.000 visitantes extranjeros, con 452.300, según el gobierno municipal.
Un euro simbólico por visitar la Fontana di Trevi
Visitar la Fontana di Trevi por un euro y limitar el número de alquileres breves en el centro histórico de la ciudad eterna son algunas de las propuestas que se plantea el concejal de turismo de Roma, Alessandro Onorato, para combatir el turismo de masas.
"Yo sería partidario de
estudiar un nuevo acceso, restringido y por horarios, con un sistema de reserva: gratuito para los romanos y de pago, con un euro simbólico, para los turistas", declara Onorato en una entrevista al Corriere della Sera.
El objetivo de esta posible medida sería
reducir las aglomeraciones en torno al monumento y desincentivar el consumo de pizza y helado en la plaza, para
evitar los residuos que se acumulan por el suelo y escaleras de una de las mayores fuentes monumentales del Barroco romano.
No es la primera vez que el Ayuntamiento de Roma estudia medidas para limitar el acceso de los turistas.
De hecho, el verano pasado se introdujo una tarifa de 5 euros ($5.135) para acceder al Panteón, el monumento más visitado de Italia, aunque es gratuito para los residentes de la ciudad.
Al concejal Onorato también le gustaría
reducir el número de alquileres breves (menos de 30 días) que se ha casi duplicado en la capital en los últimos años, al pasar de los 17.000 que había en 2018 a los más de 30.000 que hay actualmente.
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Los turistas corren el riesgo de alojarse en sótanos o garajes reutilizados, con un enorme daño a la imagen de nuestra ciudad", advirtió.
Onorato reclama al Gobierno central de Giorgia Meloni más autonomía para las regiones la hora de conceder licencias para este tipo de alojamientos y
así poder preservar los lugares afectados por el turismo de masas en los que apenas hay ya vecinos y las tiendas de barrio y talleres artesanales tienden a desaparecen.
"Podemos limitar el número de restaurantes o tiendas de papas fritas en el centro histórico, pero no podemos impedir las aperturas de instalaciones extrahoteleras", reclama indignado el concejal.
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Queremos poner un freno, quizás por dos o tres años, para salvaguardar el patrimonio histórico y artístico, la calidad del comercio y el derecho a la residencia, pero tenemos las manos atadas", lamenta.
Cabe mencionar que Roma fue la ciudad turística líder de Europa en 2023, con unos 50 millones de visitantes, según el informe sobre el turismo urbano europeo del portal City Destinations Alliance.