El llamado a descarbonizar la economía mundial es cada vez más urgente y, en ese contexto, Chile se posiciona como un actor destacado en la búsqueda de nuevas fuentes de energía limpia y sostenible. La producción de combustibles sintéticos, el hidrógeno verde y el amoníaco verde son algunas de las alternativas que están tomando fuerza en el país y que se suman a otras experiencias con mayor desarrollo como la generación de energía hídrica, eólica y solar.
De hecho, a inicios de año, Chile consiguió un importante logro al posicionarse en el primer lugar mundial en consumo de energía solar, según datos proporcionados por la organización Our World In Data. Esta distinción consolida al país como un pionero en el aprovechamiento de energías renovables y sostenibles, estableciéndose como un estándar para el mundo en el uso eficiente y responsable de recursos energéticos, cualidades que además lo han posicionado entre los mercados emergentes más atractivos para la inversión y el despliegue de energía limpia, compitiendo incluso con potencias mundiales.
Esta positiva evaluación también fue compartida por el fundador de Bloomberg New Energy Finance, Michael Liebreich, quien en agosto pasado participó del seminario “Voces con Energía”, organizado por Colbún, oportunidad donde aseguró que el país es, en muchos sentidos, “una postal del futuro en las áreas donde trabajo todos los días (energías renovables). Chile es una postal del futuro porque ha llegado muy lejos y muy rápido”.
Con el plan “Energía 2050”, Chile espera implementar las medidas necesarias para que las fuentes renovables constituyan el 60% en el año 2035, y al menos un 70% de la generación eléctrica para el año 2050, con una matriz energética significativamente más baja en carbono, que logre alcanzar como mínimo un 30% de reducción de intensidad de emisiones de GEI al 2030, según los compromisos internacionales adquiridos.
Nuevas energías para cumplir los objetivos
Para seguir avanzando y lograr estos objetivos se requiere de un esfuerzo mancomunado entre el sector público y privado que permita compartir fortalezas e ir más rápido en esta área. Así lo planteó a Emol
Gloria Maldonado, Presidenta del directorio de Enap y expositora en el próximo
Summit Transformación Energética que se llevará a cabo el
23 y 24 de noviembre, en el panel titulado “Proyectando las energías del futuro ¿Estamos a tiempo?”.
A juicio de la ejecutiva, “la colaboración público-privada es fundamental para acelerar la transición energética. En Enap valoramos enormemente las alianzas estratégicas con el sector privado, que nos permiten potenciar el desarrollo de proyectos a gran escala e integran las fortalezas de cada sector (...) Este enfoque colaborativo es el camino más realista y efectivo para lograr los objetivos de descarbonización y asegurar que Chile esté a la vanguardia de la industria energética global”.
Ejemplos de lo anterior, añadió la presidenta del directorio de Enap, son las recientes firmas de acuerdos de colaboración con las empresas HIF Global y EDF, a través de los cuales “podremos avanzar en la concreción de proyectos de combustibles carbono neutrales y en la modernización de infraestructura existente en Magallanes -como puertos y oleoductos- para el desarrollo de esta industria en la zona”.
Gloria Maldonado agregó que el país “tiene una posibilidad única para posicionarse como líder mundial en la producción de hidrógeno verde y derivados, especialmente, gracias a las condiciones favorables en la región de Magallanes, donde Enap tiene una presencia significativa. Los desafíos son grandes y diversos, desde la necesidad de inversiones en infraestructura hasta la creación de un marco regulatorio robusto, pasando por la formación de capital humano avanzado capaz de absorber los desafíos tecnológicos de esta industria. Sin embargo, las oportunidades son aún mayores. El hidrógeno verde y derivados no sólo permitirán la descarbonización de nuestras operaciones, sino que tiene el potencial de transformar a Chile en un exportador clave de energía limpia, contribuyendo a la sostenibilidad del país”.
Mayor apoyo para el sector privado
Por su parte, desde el sector privado reconocen la necesidad de avanzar en el uso de energías limpias en sus actividades productivas y resaltan los esfuerzos que se han hecho hasta el momento para estar a la vanguardia en esa línea.
Así lo explicó Gonzalo Ureta, Gerente General de Covisa, empresa pionera en el mercado local en la producción y venta de cables de cobre nacional fabricados 100% con energía renovable y poseedora del Sello Renova, quien hizo hincapié en lo que significa estar a la cabeza en el uso de nuevas energías, asumiendo un costo que no todos pueden soportar.
“Uno de los principales obstáculos que enfrentan las empresas en su camino hacia la adopción de procesos sostenibles es la inversión inicial. Si bien la tecnología está disponible, y existen empresas especializadas en estudios y servicios, así como opciones para la implementación de soluciones sostenibles, estos proyectos siguen siendo costosos. Desde una perspectiva económica, esta brecha de inversión no resulta atractiva para muchas organizaciones”, indicó a Emol el alto ejecutivo.
En esa línea precisó que aún cuando se han desarrollado programas de subsidios desde el sector público –a algunos de los cuales ha accedido Covisa- “estos aún no son suficientes para impulsar una adopción rápida y masiva de estas tecnologías”.
Agregó que a la fecha, “las decisiones de inversión de este tipo tienen un respaldo más estratégico que económico. Para acelerar la transición hacia energías limpias y renovables a nivel nacional, es crucial mejorar los subsidios existentes. Estos incentivos deben ser más fuertes para permitir que las inversiones se recuperen en plazos más cortos. Son interesantes también las medidas que han adoptado algunos bancos, que dan créditos a tasas preferenciales para este tipo de proyectos, lo que también ayuda a mejorar la su rentabilidad”, sentenció.
“Hoy en día, la innovación, la seguridad y la adopción de procesos sustentables y eficientes son cruciales para el futuro de cualquier actividad económica. Implementar prácticas eco-amigables no solo beneficia al planeta, sino que también es esencial para el desarrollo y crecimiento a largo plazo. Por ello, quienes generan y quienes proveemos productos y servicios, enfrentamos el desafío de la rápida adecuación de los procesos, centrándonos en la eficiencia sin comprometer la seguridad mientras mantenemos una perspectiva sustentable”, explicó, finalmente, Gonzalo Ureta.
