En un esfuerzo por combatir el calentamiento global y mejorar la calidad de vida de las personas, plantar más árboles en las ciudades se ha convertido en una buena estrategia. “La gente se siente atraída por ellos, les mejora la calidad climática, les da lugares de encuentro, descanso y ocio”, dice Alejandra Vargas, profesora y directora del diplomado en Manejo de Áreas Verdes Urbanas de la Universidad Católica. “Los barrios mejoran y sus habitantes los valoran más cuando estos se enverdecen”, agrega.
Según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, las grandes urbes son responsables de hasta el 75% de la emisión mundial de dióxido de carbono (CO2), por lo que plantar más árboles también tiene impactos positivos en el Medio ambiente.
Suzanne Wylie, directora ejecutiva de la Fundación Reforestemos, afirma que el papel de estos es crucial para combatir el cambio climático, ya que actúan como sumideros de carbono, absorbiendo CO2. “Al mismo tiempo, liberan oxígeno y aumentan la humedad ambiental, lo que ayuda a reducir las temperaturas urbanas”, explica. De acuerdo a la ONU, la ubicación estratégica de los árboles puede disminuir la temperatura hasta en ocho grados centígrados, reduciendo así la necesidad de aire acondicionado y el consumo de energía.
En Chile
Varias ciudades en el mundo han desarrollado iniciativas para impulsar la reforestación urbana. “La mayoría de las grandes urbes como Toronto, Vancouver, Barcelona, Madrid y París tienen planes de arbolado urbano a 20 o 30 años. Ellos planifican muy bien qué plantar, dónde plantar y cómo realizar este manejo”, afirma Juan Pedro Elissetche, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Concepción.
En el caso de la Región Metropolitana, el gobernador Claudio Orrego asegura que se han definido diversos programas de arbolado, “buscando mejorar la cobertura vegetal en las comunas mayormente desfavorecidas, a través de diferentes planes de forestación, como el programa Brotar, que incorporará 30 mil nuevos árboles aclimatados para la región; Bosque de Bolsillo, que permitirá incorporar 33 bosques urbanos plantados con la técnica Miyawaki y que servirán como refugios climáticos; y Techos Verdes, que consiste en la transformación de infraestructura gris en infraestructura verde urbana como alternativa de solución de mitigación, mediante la implementación de techos verdes extensivos”. En total, subraya la autoridad regional, entre el año pasado y este se incorporarán más de 200 mil nuevas especies vegetales en aquellos lugares donde hay carencia.
Pero a nivel de municipios, muy pocos cuentan con programas de reforestación urbana a largo plazo, excepto los que tienen más recursos, como Vitacura, Las Condes y Providencia, advierte Elissetche. Y añade que no existen muchas ordenanzas municipales al respecto y “la ‘Ley Arbolito’ (sobre arbolado urbano) todavía no ha sido aprobada”.
Desafíos
Alejandra Vargas cree que Chile está muy atrasado en materia de reforestación urbana. Dice que falta tecnología, sitios y una buena selección de árboles que realmente puedan sobrevivir en las condiciones que ofrecen las calles: “No hay ningún tratamiento del lugar donde se planta, solo se hace una ahoyadura y se pone un árbol”.
Al ser una práctica relativamente nueva en el país, señala, aún quedan retos por abordar.
“Algo novedoso que debiéramos hacer es asegurar una masa de suelo disponible para el crecimiento radicular. O sea, empezar a pensar que las ciudades deben tener pavimentos porosos que permitan que entre el agua, que haya intercambio de gases y sistemas bajo las veredas de soporte de pavimento, para que no se compacten y así las raíces puedan desarrollarse”, explica.
La académica destaca lo que está haciendo Colombia, específicamente la iniciativa Una Medellín Verde para Vos, proyecto en el que las grandes vías de la ciudad se plantan con árboles frondosos para que la gente camine bajo su sombra. “Para ello, se crearon 30 corredores verdes que generan una red interconectada de vegetación y sombra de más de 20 kilómetros de extensión. Dentro de estos corredores, 18 fueron dispuestos en avenidas y calles principales, y 12 en quebradas fluviales colindantes al radio urbano”, detalla.