NOKKE-HEIST, Bélgica.- Pavel Nedved confesó que cuando escuchó el pitazo final del árbitro Pierluigi Colina, decretando la derrota 1-0 de la República Checa ante Holanda, sintió que se le desplomaba el mundo.
Y cuando despertó hoy, se sintió igualmente mal, reconoció el mediocampista del campeón italiano Lazio. "Sentí como si me hubiera atropellado una aplanadora. La suerte nos dio la espalda, fue terrible".
Nedved fue elegido el mejor hombre del partido en que su equipo perdió con un penal dudoso. No obstante, dijo que feliz habría cambiado esa distinción por un empate, que él estuvo a punto de lograr con un cabezazo que se estrelló en un poste.
Nedved tenía esta mañana su rodilla y codo derechos vendados, pero dijo que hasta ahora se desconoce la gravedad de las lesiones. "Me van a tomar radiografías mañana y ahí sabremos si puedo jugar en el próximo partido. Pero en este momento me siento muy mal", concluyó.
