SAN PABLO.- El ex entrenador de la selección brasileña, Wanderley Luxemburgo, deberá declarar otra vez ante una Comisión Parlamentaria Investigadora (CPI), pero ya no de fútbol, sino de narcotráfico.
Luxemburgo depositó en agosto de 1998 el equivalente a casi 200.000 dólares en la cuenta de Compugraphics Industria y Comercio, citada por la CPI sobre el narcotráfico como una empresa "fantasma" y utilizada para "lavado" y envío de dinero al exterior.
En su declaración ante la CPI del fútbol, el técnico reconoció su firma en el cheque pero dijo que la letra que menciona a la Compugraphics como destinataria no es su letra.
A la observación de un senador en el sentido de que cheques hasta por sumas menores tienen obligación de ser nominales, Luxemburgo cayó en contradicciones y acabó diciendo que no se acordaba a quién había dado el cheque. Ahora quienes quieren saber más sobre el asunto son los diputados de la comisión que investiga el narcotráfico.
Luxemburgo fue acusado por su ex secretaria Renata Alves de lucrar con la compra y venta de jugadores y de llevar droga en pelotas de fútbol.
El técnico de la derrotada selección olímpica no supo explicar bien ante la CPI por qué apareció, cuando jugaba en los juveniles, con documentos que le restaban tres años de edad. Tantos dolores de cabeza para Luxemburgo, cuyo prestigio entró en tirabuzón, lo han llevado a ofrecerse al club Santos (el club de las glorias de Pelé) como técnico pero gratuitamente, sin recibir un centavo como pago, según informa hoy el periódico "Jornal do Brasil".