MONTEVIDEO.- Uruguay hacía frente este miércoles a la crisis desencadenada por la inesperada renuncia de Daniel Passarella a la dirección técnica de la selección, que condujo 21 meses.
El argentino estremeció el ambiente del fútbol al anunciar anoche su renuncia "indeclinable" porque Nacional no le había cedido al jugador Vicente Sánchez en el plazo establecido para que participase en una gira por Europa.
Sánchez viajó con Nacional a Chile y quedó en el banco de suplentes en el partido de anoche con Concepción por la Copa Libertadores.
Passarella había expresado en numerosas ocasiones su malestar por la resistencia de los clubes, nacionales y extranjeros, a cederle jugadores a la selección, e incluso había amenazado con dimitir.
El presidente de Nacional, Eduardo Ache, sin embargo, calificó de "chiste" la actitud del entrenador y sostuvo que "estaba buscando cualquier pretexto para irse".
Ache dijo que Sánchez fue convocado "el domingo de madrugada, diez horas antes de que tuviera que viajar" a Chile, y que "para demostrar la disposición que tiene Nacional a colaborar, habíamos acordado con (el presidente de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Eugenio) Figueredo que el jugador volviera".
Versiones no confirmadas indican que Víctor Púa, que se encuentra en Perú con la selección Sub-17, sería el sucesor del argentino.
Figueredo se habría reunido en las últimas horas con Passarella y con su representante Francisco Casal, poderoso empresario que ejerce una enorme influencia en el fútbol uruguayo.