MADRID.- Florentino Pérez y Joan Gaspart, presidentes del Real Madrid y el Barcelona, respectivamente, volverán a vivir codo a codo el próximo sábado el enfrentamiento más esperado de la temporada, que cada uno afrontará desde su personal y antagónica forma de entender el fútbol y su entorno, muy alejada de los enfrentamiento protagonizados por su predecesores.
Los nuevos presidentes de Real Madrid y Barcelona ya coincidieron en el palco del Campo Nou el 21 de octubre, en el choque de la primera vuelta, pero, a pesar del agresivo recibimiento de la afición blaugrana a los madridistas y sobre todo a Figo, las imágenes distaron mucho de las de otras temporadas.
Pérez y Gaspart, que llevan poco más de seis meses en el cargo, han aportado un aire distinto a los rivales de la Liga por excelencia desde su elección el pasado mes de julio. La primera sorpresa fue la cena que compartieron en Mallorca en mitad de las vacaciones de verano, apenas un mes después de acceder al cargo.
El presidente madridista, que gana por una semana a su colega en antigüedad, ha organizado su club al estilo empresarial. Pérez selecciona mucho sus apariciones ante los medios de comunicación y sólo se deja ver en momentos muy puntuales, ya que la incorporación de Valdano ha dejado al director general deportivo el papel estelar que solía ocupar Lorenzo Sanz.
Joan Gaspart se mantiene fiel a sus costumbres, y aunque se esfuerza en dejar de comportarse como un hincha ha perdido parte de los privilegios que le concedía ocupar la vicepresidencia del club. Ya no puede ver los partidos fuera del palco para desahogarse como cualquier aficionado.
La seriedad de Florentino Pérez contrasta con el apasionamiento de Joan Gaspart, que en más de una ocasión se ha esforzado en tirar de la lengua a su colega aunque sus esfuerzos han sido vanos. El dirigente madridista consigue mantenerse al margen de provocaciones y no dice una palabra más alta que otra, a pesar de los capotazos de Gaspart.
Y no se puede decir que le falte mérito a Florentino Pérez porque el fichaje de Luis Figo ha hecho soltar a Gaspart más de un improperio, como aquello de que "el que me la hace la paga", además de manifestar que no le pareció "ni correcta, ni ética" la actuación del presidente blanco en ese caso.
Las palabras de Gaspart, que en los últimos días ha cuestionado que el Real Madrid haya incorporado a su organigrama a ex jugadores como Valdano y Butragueño, chocan una y otra vez con la sobriedad de Florentino Pérez, que también ha encontrado un hueco para Alfredo di Stéfano, a quien nombró presidente honorario del club y dejó recoger el trofeo de la FIFA que acreditó al equipo como el mejor del siglo.
Tampoco han surtido efecto las amenazas vertidas por Gaspart, que está dispuesto a "incordiar" si el Real Madrid consigue liquidar su deuda con la venta a la Alcaldía de los terrenos de la Ciudad Deportiva, porque considera que no es apropiado utilizar la ayuda institucional.
Pero las diferencias entre Pérez y Gaspart, que hizo una nueva muestra de habilidad al incorporar a su junta a críticos como Angel Fernández, Joan Castells y Gabriel Masfurrol y sorprendió con un consejo directivo formado por 85 miembros, no han impedido que Real Madrid y Barcelona caminen de la mano en algunos proyectos, siempre fuera del rectángulo de juego.
Los dos presidentes, que quedaron fuera del Consejo Ejecutivo de la Liga Profesional, pidieron a este organismo asistir a sus reuniones y ambos acudieron a la cita de octubre en vísperas del Barcelona-Madrid. Al final del encuentro Gaspart no tuvo reparos en interrumpir su rueda de prensa cuando Florentino Pérez salió del edificio, para que los medios que quisieran hablar con el presidente madridista lo hicieran.
Pero el sábado será distinto. El 3 de marzo Pérez y Gaspart, que tienen diferencias deportivas insuperables, verán codo a codo cómo sus equipos se pelean por tres puntos de los que dependerá en gran parte el futuro deportivo de ambos esta temporada, donde la Liga es el único objetivo que comparten.