INDIAN WELLS.- Marcelo Ríos hizo un partido correcto. Más que eso, después de perder tres veces el saque en el primer set, se podía pensar que el chileno no opondría mayor resistencia al ruso Yevgeny Kafelnikov.
Aunque a la postre el europeo ganó 6-4 y 7-5 en una hora y 16 minutos, queda el sabor dulce de ver al chileno intentando al menos cambiar su suerte y saber que más que "botar" un partido, esta vez lo que lo traicionó fue la táctica empleada y en eso es mejor decir que fue Luis lobo, su entrenador, el que no supo "leer" al rival.
Deshilachando el duelo, Kafelnikov cumplió con lo suyo, atacando los segundos servicios del chileno y -sin desubicarse en la cancha- comenzó a buscar su letal revés.
Inexplicablemente, Ríos prefirió jugarle a ese lado siendo que la lucha se emparejaba y hasta pasaba a favor del zurdo cuando punzaba el derecho del europeo.
Ríos, además, tuvo ciertos problemas de ubicación. En todo el partido fue Kafelnikov quien pisó más adentro la cancha, mientras que el chileno siempre estuvo a un metro de la línea de base, lo que grafica que el bombardeo corrió por cuenta del europero. Sin embargo, a medida que avanzó el segundo set, el zurdo se soltó y hasta se las ingenió para meter tiros ganadores.
La diferencia con el Ríos número uno del mundo es, en estos instantes, no sólo la movilidad en la cancha -limitada sobre todo en el primer episodio- sino que los trucos sacados de la chistera ya no son tan abundantes como antes.
Si Ríos se mueve, si vuelve a confiar en su magia y si aprende a reconocer los puntos débiles del rival en la cancha, un partido tan cerrado como éste frente a Kefelnikov va a caer a su favor por su propio peso.
