UDINE.- La exigencia del argentino Ramón Díaz de firmar un contrato sólo hasta junio de 2002, cuando el club quería vincularlo por un mínimo de tres años, fue el factor decisivo que llevó a los dirigentes de Udinese a renunciar a su candidatura para el cargo de director técnico, vacante tras la remoción del italiano Luigi Di Canio.
Esta diferencia, más su escaso conocimiento del ambiente y de los jugadores, habría inclinado la balanza a favor de Luciano Spalletti, ex técnico de Sampdoria y Venezia, a quien se entregaría el equipo solo transitoriamente, hasta el final de la presente Liga Italiana.