SANTIAGO.- La Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP) hizo público el contenido de la carta enviada a la FIFA donde se le piden sanciones a Perú por los incidentes ocurridos durante la estadía chilena en Lima con motivo del partido de ambos países por las clasificatorias mundialistas.
La carta, dirigida a Michel Zen-Rufinnen, secretario general de la FIFA, dice textual:
"Como es de su conocimiento, el suscrito en carta a usted, de fecha 26 de marzo pasado, expuso a esa Federación los lamentables incidentes ocurridos a la llegada de nuestra Delegación Nacional, al aeropuerto internacional de Lima, Perú, habiéndole expresado nuestro justo temor de que los hechos de violencia se reiteraran durante nuestra estadía en ese país, a fin de disputar el partido válido por la 11ª fecha de la etapa clasificatoria al Mundial de Fútbol Corea y Japón 2002.
En efecto, desde nuestra llegada al país de Perú, la delegación chilena sufrió permanentes ataques de parte de hinchas peruanos, quienes olvidando el significado puramente deportivo del encuentro, demostraron animadversión y violencia no sólo en contra de la selección, sino también de nuestro país.
Reconocemos que si bien durante el día lunes 26 y martes 27 de marzo, hasta antes de la salida de la delegación al Estadio Nacional de Lima, para jugar el partido, existieron las condiciones de garantía que solicitamos, ello se debió a nuestro formal reclamo planteado a la Federación local. Sin embargo, desde este último momento en adelante, la inseguridad y agresión hacia nuestra selección fueron factores que la acompañaron permanentemente.
Terminado el partido respectivo, a la llegada al hotel del bus que trasladaba a la Delegación, la policía encargada de nuestra custodia no cumplió con su rol, ya que no procedió a despejar el área atestada de personas que lanzaban piedras y otros objetos contundentes al bus, lo cual implicó que por un espacio de 45 minutos, no pudiéramos descender de él para ingresar a las dependencias del hotel. Tan grave fue la situación que el propio conductor se bajó del bus y arrancó del lugar para protegerse de la violenta agresión que nos afectaba.
Producto de ello la mayoría de los vidrios del bus resultó quebrada y, de manera indigna, varios jugadores debieron salir por esas ventanas para evitar ser golpeados por las piedras que era lanzadas por la muchedumbre y luego arrastrarse por el suelo hasta el Hotel.
Posteriormente, cuando nos encontrábamos cenando en el noveno piso del Hotel Melia, nuestro lugar de concentración, sentimos un fuerte impacto en uno de los ventanales ubicado por el lado de la vía pública, el cual, analizado momentos después, fue identificado como un probable proyectil lanzado con un arma de fuego, ya que atendido a la altura, al espesor del vidrio y a la huella dejada, resulta imposible que haya consistido en una piedra lanzada desde la calle por los hinchas peruanos.
Deseamos dejar constancia de los aflictivos momentos vividos por nuestra delegación, en los cuales se vio seriamente amenazada la integridad física de todos sus integrantes. Resulta dificultoso poder transmitir el temor y angustia vividos, luego de que los hechos ya se han verificado y una vez que nos encontramos de vuelta en nuestro país. Sin embargo, los medios de prueba que estamos recopilando para enviar a esa Federación Internacional, consistentes en videos y fotografías captadas, como asimismo recortes de prensa podrán formar una convicción más acabada de las autoridades de la FIFA que deben conocer de esta situación.
La gravedad de los incidentes señalados motivó la intervención de nuestro gobierno, el que a través de su Ministro de Relaciones Exteriores y el Embajador de Chile en Perú, exigieron del gobierno peruano la adopción de todas las medidas pertinentes que aseguraran un seguro y tranquilo abandono de Perú, hacia nuestro país.
Al margen de la derrota deportiva, la cual no merece objeción alguna, condenamos drásticamente los hechos señalados y la permisividad de parte de la autoridad policial encargada de nuestro resguardo. Imputamos expresamente a la Federación Peruana de Fútbol la más absoluta y exclusiva responsabilidad por los incidentes ocurridos, toda vez que es su obligación adoptar las medidas que sean necesarias para garantizar la seguridad y tranquilidad de nuestra delegación, habiendo quedado de manifiesto una negligencia que no es excusable a nivel deportivo internacional.
Resulta inconcebible que la Federación Peruana de Fútbol, a pesar de haber tomado conocimiento de la carta preventiva que nuestra Federación envió a la FIFA el día 26 de marzo, de haberse apersonado en nuestro lugar de concentración para conocer de los incidentes del día anterior y habernos ofrecido disculpas, no haya adoptado las medidas conducentes a evitar toda clase de actos de violencia.
Ello quedó especialmente de manifiesto tras la intervención de nuestro gobierno nacional, por cuanto sólo en ese momento se dispuso la adopción de un procedimiento de seguridad adecuado que garantizó, sin inconveniente alguno, el traslado de nuestra Delegación desde el Hotel hasta el Aeropuerto, el día 28 de marzo. Si la misma actitud se hubiese seguido, como correspondía, durante toda nuestra permanencia en Perú, no se habría lamentado ningún incidente.
Resulta lamentable que directivos de la Federación Peruana hayan justificado su actuar, como una reacción a los hostigamientos que supuestamente habría sufrido la Selección Peruana cuando visitó Chile el año 1997, en el marco del proceso eliminatorio para la Copa del Mundo de Francia. Sin embargo, a pesar de que tal afirmación no es efectiva, de serlo, ello no resulta una causal que habilite a una Federación a tratar de la misma forma a su homóloga, por cuanto devela falta de cortesía, despreocupación y ausencia de reciprocidad entre dos Federaciones de Fútbol. Más aún, la última visita de la Selección de Perú a nuestro país, en el año 2000, estuvo marcada por la tranquilidad y cordialidad demostrada hacia ella, lo cual fue incluso reconocido por las propias autoridades deportivas peruanas.
Con todo lo ocurrido, nos asiste la convicción de que la Federación Peruana de Fútbol no se encuentra en condiciones de continuar albergando la realización de partidos de fútbol en el marco de esta etapa eliminatoria al Campeonato Mundial de 2002, en los cuales se requiere de una mayor capacidad de prevención y organizativa de su parte, para asegurar que la permanencia de la Selección extranjera se enmarque exclusivamente en los aspectos deportivos, sin interferencias de cualquier otra naturaleza.
De esta manera, estimamos que se deben aplicar en este caso sanciones ejemplarizadoras, tal como aconteciera, respecto de hechos de ostensible menor envergadura, con nuestra Selección Nacional en el año 1988, a raíz de los lamentable sucesos ocurridos en el Estadio Nacional de Santiago, con motivo del partido jugado frente al seleccionado de Brasil. Adicionalmente y en conocimiento de que Perú está postulando a ser sede del Mundial Sub-17 en los próximos años, creemos que ello es una situación a lo menos cuestionable, ya que perfectamente lo sucedido con nuestra Selección, puede ser extensivo al resto de las Selecciones Nacionales.
Finalmente y a fin de exponer personalmente esta situación ante usted o quien estime conveniente, en la propia sede de la FIFA, solicitamos nos conceda una audiencia a la brevedad posible.
Sin otro particular, le saluda atentamente
Mario Mosquera Ruiz
Presidente".