ROMA.- El argentino Diego Simeone llamó hoy por teléfono a su colega brasileño Antonio Carlos (Zago) para expresarle su solidaridad tras la agresión que sufrió en un restaurante del centro de Roma por un grupo de fanáticos que quisieron así "vengar" un incidente entre ambos en un "derby" disputado el año pasado.
"Quienes agredieron a Antonio Carlos son estúpidos, gente que debe ir a parar a la cárcel y que debe ser radiada, pues es la que está destruyendo el fútbol", declaró el argentino de Lazio, subrayando que aquel entredicho de la pasada Liga Italiana "es algo totalmente superado".
En el clásico de ida entre Roma y Lazio, Antonio Carlos lanzó un salivazo sobre el rostro de Simeone, en un gesto que fue captado por la televisión y difundido en todo el mundo pero al que el jugador argentino restó ulteriormente importancia, sosteniendo que "todo había terminado en la cancha".
Antonio Carlos, quien en la agresión sufrió escoriaciones con un diagnóstico de 15 días, recordó anoche que "con Simeone está todo aclarado y lo único que puedo agregar es que coincido totalmente con él, esa gente debe terminar presa para el bien de todos".
El presidente de Lazio, Sergio Cragnotti, afirmó a su vez que "las personas que atacaron a Zago y a su familia son delicuentes más que hinchas. Como tales deben ser perseguidos y castigados. No se alcanza a entender el fanatismo de una parte del público. Es gente que instrumentaliza al fútbol y particularmente a Lazio", agregó.
Según Cragnotti, se trata de gente "que va al estadio no a hinchar, sino a hacer política. Y para instrumentalizar la relación con el club. Pero no hay que rendirse. Esta instrumentalización debe ser extirpada", siguió el dirigente, quien pidió que los clubes puedan controlar a sus hinchas.
"Nosotros tenemos una buena relación con las asociaciones de hinchas, pero sin ceder. Los hinchas saben que determinadas actitudes dañan gravemente la imagen de un club de relevancia mundial", añadió.
Según Cragnotti, los carteles antirracistas exhibidos por hinchas de Lazio en el partido del domingo ante Bari "demuestran que sólo una franja de nuestros hinchas son extremistas y politizados. Pero para controlarla plenamente, los clubes debemos tener la vigilancia dentro de los estadios. Y a esto se llegará sólo cuando los estadios sean administrados directamente por los clubes, con una responsabilización directa. Fuera de los estadios -completó el dirigente- el control deberá seguir en manos de la seguridad pública".