RIETI.- El italiano Mario Cipollini (Saeco) logró su primera victoria en el Giro de Italia 2001, la número 31 en sus diferentes participaciones, en una jornada que estuvo marcada por las numerosas caídas y en la cual los corredores, durante muchos kilómetros y en señal de protesta, fueron a ritmo de cicloturistas.
Los 150 kilómetros, entre Nettuno y Rieti, fueron cubiertos por Cipollini en 4 horas, 13 minutos y 26 segundos a una velocidad media de 35,9 km/h. Tras él llegaba el alemán Danilo Hondo, ganador de dos etapas, dando tiempo al pelotón principal, por lo que la general no sufre cambios en sus primeros puestos y sigue comandada por el italiano Darío Frigo seguido del español Abraham Olano a 12 segundos.
La jornada fue una auténtica emboscada para el pelotón, especialmente para el equipo español Kelme Costa Blanca, pues se queda con tan sólo cuatro corredores, ya que no tomó la salida Gustavo Otero, luego Jesús María Manzano sufrió una aparatosa caída teniendo que ser evacuado a un hospital con ligero traumatismo craneal y más tarde echó pie a tierra Carlos García Quesada.
El conjunto alicantino se quedó con tan sólo cuatro corredores, pues en las primeras etapas, por problemas físicos y caídas, también hicieron la maleta Juan José de los Angeles y Juan Manuel Cuenca.
La etapa fue tranquila por la peligrosidad del trazado, especialmente en su primera parte, pues discurrió por carreteras estrechas, muy sinuosas y con piso irregular, lo que hizo que los corredores se lo tomaran con mucha tranquilidad para tratar de evitar las caídas, algo que no consiguieron.
El italiano Fabio Baldato, en representación de los corredores se acercó al coche del comisario internacional para comunicarle que habían decidido tomarse la carrera con mucha calma y que los tiempos, para evitar nuevos accidentes deberían tomarlos en el primer paso por meta, ya que los últimos kilómetros se disputaban en un circuito urbano de Rieti. Esta petición fue desestimada por los jueces, aunque respecto a la primera nada pudieron hacer.
Fue a falta de unos 40 kilómetros cuando, prácticamente, comenzaba la etapa, cuando se fueron el español Jon Odriozola, el esloveno Martin Hvastija y los italianos Massimiliano Scinadri; Diego Ferrari, Pietro Caucchioli y Renzo Mazzoleni. La aventura sólo duró una veintena de kilómetros.
Los primeros en salir a escena fueron los componentes del equipo Lotto para Blijlevens. Tiraron a bloque como si de una contrarreloj por escuadras se tratará, aprovechando una avería que había sufrido el italiano Iván Quaranta, ganador en la jornada anterior.
El fuerte ritmo marcado por los compañeros de Blijlevens, por algunos momentos dejaba descolgados a Cipollini y Hondo, pero una buena maniobra de Mario Scirea, lanzador de Cipollini, lograba llevarlo a las primeras posiciones del grupo.
Cipollini se pegaba a la rueda de Blijlevens, al que superaba con facilidad, lo mismo que hacía poco después con Hondo que se le había pegado como una lapa, para ganar con facilidad en un emocionante esprint, que tuvo una meticulosa y laboriosa preparación.
Este sábado se disputará la séptima etapa, la más larga de la presente edición con 239 y que unirá la ciudades de Rieti y Montevarchi, con el alto de Monte Luco (2a categoría), cuya cima se encuentra a tan sólo 17 kilómetros de la línea de meta.