LOS ANGELES.- La esperada final de la Conferencia Oeste entre Los Angeles Lakers y los San Antonio Spurs, que había sido considerada como el anticipo de la ronda por el título, se ha convertido en un paseo triunfal para el primer equipo y en una frustración sin precedentes para el conjunto texano.
Los Lakers, que en los dos primeros partidos disputados en el Alamodome de San Antonio, no sólo habían logrado victorias, sino que volvieron a su campo del Staples Center para confirmar en el tercero que cuentan con todos los elementos a su favor para revalidar el título.
El equipo que entrena Phil Jackson arrolló a los Spurs con un marcador final de 111-72 para no dejar ninguna duda de que son los campeones y el mejor equipo de la Liga con dos jugadores dominadores como el pívot Shaquille O'Neal y el escolta Kobe Bryant.
Ambos se combinaron para 71 puntos y 26 rebotes con 11 asistencias, mientras que el resto de sus compañeros, encabezados por el base Derek Fisher, los apoyaron con el resto que necesitó los Lakers para colocarse con la ventaja de 3-0 en la serie que pueden terminar cuando el próximo domingo disputen el cuarto.
O'Neal impuso su ley bajo los aros, mientras que Bryant fue el espectáculo para los Lakers, que están a una sola victoria de barrer la tercera serie consecutiva en lo que va de la fase final después de haber eliminado a los Trail Blazers de Portland (3-0) y Kings de Sacramento (4-0).
Los Lakers también llegaron a las 18 victorias consecutivas desde que el pasado 1 de abril perdieran por última vez en el partido de Liga que disputaron ante los Knicks de Nueva York.
O'Neal, con 35 puntos y Bryant, con 36, siempre impusieron su ley, pero su mayor aliado, una vez más, volvieron a ser los Spurs, que fallaron como conjunto y en el aspecto individual de sus estrellas.
La aportación del pívot David Robinson y el alero Tim Duncan, las "Torres Gemelas", debía ser decisiva para que los Spurs pudiesen tener opción de ganar el tercer partido.
Pero en el campo sucedió todo lo contrario, las "Torres Gemelas" se derrumbaron cuando sólo Robinson, que había fallado en los dos primeros partidos, surgió tanto en ataque como en defensa, y aunque consiguió su mejor actuación, 24 puntos y 12 rebotes, nada pudo hacer ante la falta de ayuda de Duncan.
Duncan, que en el segundo partido logró 40 puntos y había pedido mayor apoyo de su compañero Robinson, en el tercero se quedó con sólo nueve (3 de 14 tiros de campo).
El único jugador que mantuvo la consistencia de los dos partidos anteriores fue el escolta Antonio Daniels, que estuvo 45 minutos en el campo para anotar 17 puntos.
Tampoco la gran esperanza que había generado la vuelta a la competición del base titular Derek Anderson después de algo más de tres semanas de ausencia por lesión se tradujo en un factor positivo, porque la inactividad le pasó factura. Sumó sólo dos puntos.
El mal partido de Duncan, la falta de aportación de Anderson y de nuevo el desacierto en ataque de los reservas Danny Ferry, Terry Porter y Steve Kerr fue un lastre excesivo para los Spurs.
El equipo texano totalizó sólo ocho puntos en el cuarto periodo, la marca más baja registrada en la historia de la NBA para 12 minutos de un partido de la fase final del campeonato, mientras que los Lakers ya tienen una ventaja de 3-0 que nadie ha podido remontar.