ARCO, Italia.- El ciclista colombiano Carlos Humberto Contreras, del equipo italo-colombiano Selle, dio la sorpresa en la décimo cuarta etapa del Giro, catalogada de alta montaña y que se resolvió con un esprint reducido en el que estaban los italianos Gilberto Simoni, líder de la prueba, Dario Frigo y Wladimir Belli; el también colombiano Hernán Buenahora y el español Unai Osa.
Los 166 kilómetros entre las localidades de Cavelese y Arco fueron recorridos por Contreras en 5 horas, 13 minutos y 30 segundos a una velocidad media de 31,7 km-hora. A 22 segundos llegó un grupo con el español Abraham Olano y a más de tres otro con el italiano Marco Pantani.
Los corredores se tomaron el segundo envite serio de alta montaña por los Dolomitas y Alpes con más tranquilidad de lo esperado. El motivo no fue otro que su malestar con los organizadores de la carrera por las numerosas neutralizaciones.
Hicieron una especie de huelga sobre la bicicleta. Aprovechando que era cuesta abajo la primera parte de la carrera, prácticamente se dejaron llevar por la inercia de su bicicleta y apenas dar pedales.
Esa reivindicación se dejó notar en la ascensión al mítico Monte Bondone, un puerto de 20 kilómetros de carrera, con desniveles que en algunos tramos llegan hasta el trece por ciento.
Por la cima coronó primero el italiano Fortunato Baliani que daba tiempo a un pelotón muy estirado con Marco Pantani, ligeramente descolgado.
Tras la pronunciada bajada acto seguido llegó el Santa Barbará, uno de los puertos más duros de la presente edición, con trece kilómetros de ascensión y pendientes de hasta el 23 por ciento.
La novedad en las primeras rampas de ese coloso es que entraban en el grupo de escapados otros corredores como el colombiano Joaquín Casteblanco, que logró irse por algunos momentos con Faresin. El grupo del líder Gilberto Simoni se retrasó casi un minuto.
A media docena de kilómetros para la cima Osa y el italiano Giuliano Figueras quedaron intercalados y más tarde el líder Simoni intentó enlazar con los fugados sin éxito. Ese tirón volvió a dejar descolgados a los italianos Marco Pantani y Danilo di Luca.
Unai Osa logró deshacerse de Figueras y pasar como un poseso al colombiano Castelblanco poniendo al pelotón principal en fila de a uno con Simoni al frente y sus más directos rivales a continuación.
El corredor español coronaba con nueve segundos de ventaja sobre los italianos Simoni y Frigo; mientras que el también español lo hacía a un minuto y el italiano Marco Pantani lograba reponerse y lo hacía a dos minutos y medio.
Prácticamente al fin del descenso el líder Simoni logró alcanzar a Osa y poco después lo hacen los italianos Frigo y Belli y más tarde los colombianos Buenahora y Contreras, a la postre ganador al ser el más astuto entre los italianos Frigo, Belli y Simoni; mucho mas rápidos que él.
Así, una etapa que resultó menos decisiva de lo esperado, pues el pelotón firmó una especie de tregua en señal de protesta por los muchos desplazamientos impuestos por los organizadores y por el "poco" interés de la televisión oficial de la carrera.
Los míticos Monte Bondue y Santa Barbara no fueron tan resolutivos como se esperaba, pues la carrera fue muy tranquila, nadie quiso endurecerla y prácticamente se subieron a tren, sin tirones y siendo la dificultad de esos puertos los que provocaron que algún que otro ilustre perdiera rueda.
Para muchos, especialmente para el español Abraham Olano, lo sucedido les vino de perlas, al no tener que hacer un esfuerzo extra para completar la jornada y así reservar fuerzas para la cronometrada individual de 55,5 kilómetros.
Mañana, domingo, se disputará la décimo quinta etapa del Giro, una contrarreloj individual de 55,5 kilómetros, con salida en Sirmione y Saló, localidades próximas al Lago de Garda. Una crono bastante complicada, ya que combina una parte llana en sus primeros kilómetros y un final con numerosos repechos.