HOUSTON.- La buena integración que logró la pareja integrada por Shaquille O'Neal y Kobe Bryant hizo que los Lakers de Los Angeles regresaran al camino de la victoria y les devolviese la condición de favoritos sobre los Sixers de Filadelfia para adjudicarse la serie Final, que se reanuda el miércoles, y retener su corona de campeones de la NBA.
Después de tres partidos, la fórmula O'Neal-Bryant, de los Lakers, ha resultado más eficiente que la que integran en los Sixers Dikembe Mutombo y Allen Iverson, por lo que en los próximos partidos podrían seguir siendo los grandes protagonistas que darían otro título a los Lakers.
Para contrarrestar el dominio que O'Neal y Bryant han ejercido sobre el campo, los Sixers tendrán a su favor durante los dos siguientes partidos la ventaja de campo, al jugar en el First Union Center, aunque ese recurso no le funcionó al equipo local en el primer partido disputado ahí.
El equipo técnico de los Sixers, que pretenden destronar a los Lakers, deberá entonces reforzar aún más la defensa para anular los ataques de la peligrosa pareja angelina.
La victoria de los Lakers por 96-91 ante los Sixers en el tercer partido de las finales, segunda consecutiva, regresó a los actuales campeones al panorama triunfalista y de equipo ganador que tenían hasta el pasado miércoles.
En tanto, entre los jugadores de los Sixers, que llegaron a las finales por primera vez en 18 años, la derrota les deja con la presión de no poder perder un tercer partido y la urgencia de aprovechar la ventaja de campo en los dos próximos partidos de la serie que se disputarán en el First Union Center.
El panorama de equipo invicto que los Lakers disfrutaban hasta el miércoles se transformó dramáticamente después de perder el primer partido de las Finales, en el que cayeron 107-101 ante los Sixers.
La derrota en la prórroga no sólo terminó con una racha de 19 triunfos consecutivos, incluidos 11 en la fase final del campeonato, sino que además generó que los siguientes encuentros se convirtieran en una auténtica prueba de fuego para el equipo de Los Angeles que con la caída perdió la oportunidad de convertirse en el primer equipo en la historia de la NBA en lograr el título manteniendo el invicto.
Sin embargo, la reciente victoria, que ha inclinado la serie en favor de los Lakers (2-1), ha hecho que éstos sean reconsiderados favoritos para refrendar su título de campeones.
El máximo responsable técnico de los Lakers, Phil Jackson, que tuvo el reto de hacer que el dúo Shaquille O'Neal y Kobe Bryant rindiera nuevamente al máximo en el segundo y tercer partidos, encontró la fórmula para controlar el ataque explosivo del escolta Allen Iverson, que en el primer partido fue el héroe al anotar 48 puntos.
"Aunque no soy partidario del doble equipo defensivo, reconozco que fue efectivo para controlar a Iverson, y ahora nos va a tocar hacer algo parecido con una mayor participación del alero Robert Horry, un jugador que siempre realiza un excelente trabajo en los marcajes", explicó Jackson.
Jackson había dicho que el duelo entre Iverson y Bryant no iba a ser decisivo para establecer al nuevo campeón de liga, sino el que iban a protagonizar los pivotes Shaquille O'Neal y Dikembe Mutombo.
Sin embargo, la realidad mostró lo contrario y en el segundo y tercer partido, O'Neal tuvo la oportunidad de reivindicar su condición de Jugador Más Valioso de la temporada pasada y cumplió como siempre con su papel de líder y jugador imparable.
A pesar de no terminar el partido de la serie por personales, O'Neal hizo un trabajo excepcional al aportar 26 puntos, 11 rebotes y cuatro tapones que dejaron a los Lakers con la ventaja en el marcador.
El pívot Dikembe Mutumbo realizó un excelente trabajo al provocar la expulsión de O'Neal por seis personales y además contribuyó con 23 puntos, 12 rebotes y 2 tapones, mientras que el base Eric Snow encestó 14 tantos.
El comienzo del partido volvió a ser una copia del segundo con ambos equipos sin poderse despegar en el marcador en el primer cuarto.
Los Sixers volvieron a demostrar que son un equipo muy difícil de vencer porque no tienen un gran talento, pero luchan hasta el final, aunque sin el acierto constante del escolta estrella Allen Iverson no pudieron superar a unos rivales que fueron más completos y efectivos en los momentos decisivos.
En el tercer partido los Lakers lograron un 46,7 por ciento de acierto en los tiros de campo y el 88,0 desde la línea de personal, comparado al 41,3 y 77,7, respectivamente, de los Sixers.
El cuarto partido se disputará este miércoles en el mismo escenario del First Union Center de Filadelfia, donde también se disputará el quinto y el sexto, si fuese necesario.