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La "Mano de Dios" cumple 15 años

Diego Armando Maradona siempre será recordado como uno de los dos mejores futbolistas de todos los tiempos, pero también por aquel partido ante los ingleses en el Mundial México '86: ahí marcó un tanto con su puño izquierdo y otro en una brillante jugada, considerada la más linda de la historia.

21 de Junio de 2001 | 10:16 | DPA
BUENOS AIRES.- La imagen perpetuada en el recuerdo de Diego Armando Maradona extendiendo su brazo para vencer la salida del arquero inglés Peter Shilton y la del mismo ídolo argentino surcando un camino plagado de ingleses, para anotar el mejor gol de todos los tiempos, cumplirá mañana 15 años, en los que ni el paso del tiempo pudo borrar las alegrías y las amarguras que esas conquistas dejaron.

El 22 de junio de 1986, en el estadio Azteca de México, todos pensaron que Maradona, con su 1,60 metro de estatura, había hecho un salto gigantesco para ganarle a Shilton, quien salió a buscar el balón mal rechazado por un compañero, y así poner delante a Argentina por 1-0 ante Inglaterra, en los cuartos de final del mundial de ese año.

Nadie entendió tampoco las airadas protestas de los jugadores que por entonces dirigía Bob Robson, ni siquiera el árbitro tunecino Ali Bennaceur, quien sin dudar validó el gol, mientras Maradona corría con su puño levantado -como si estuviera mostrando un trofeo de guerra- para festejar el tanto.

El partido tenía por detrás toda una historia particularmente dura ya que hacía pocos años, en 1982, argentinos e ingleses se habían enfrentando en una incomprensible guerra en las Islas Malvinas y muchos tomaron el partido como una revancha.

Años más tarde, cuando Maradona visitó Inglaterra, un periodista le preguntó si el gol marcado a Shilton había sido con su puño izquierdo, a lo que el genial zurdo contestó: "Fue la mano de Dios".

Con esa sola frase Maradona se ganó aún más la idolatría popular, incluso la de los hinchas escoceses, quienes tienen viejas disputas con los ingleses y que consideran al ex capitán de la selección argentina un "héroe" que venció la resistencia de Inglaterra.

"¡Qué mano de Dios! ¡Fue la mano del Diego!", reconoció luego en su libro autobiográfico "Yo soy el Diego de la gente", el propio Maradona y comentó cómo hizo para marcar el primer gol ante los ingleses.

"Ni yo sé cómo hice para saltar tanto. Metí el puño izquierdo y la cabeza detrás, el arquero Peter Shilton ni se enteró y Fenwick, que venía atrás, fue el primero que empezó a pedir mano. Cuando ví que el juez de línea corría hacia el centro de la cancha, encaré para el lugar donde estaban mi papá y mi suegro para gritárselo a ellos", explicó Maradona en su libro.

Sin embargo, si el primer gol a los ingleses fue ilegítimo, nada se puede decir de la obra cumbre de Maradona en su carrera deportiva y que para el mundo es considerado el mejor gol de todos los tiempos.

Maradona recibió un pase de Héctor Enrique en la mitad de cancha y con una rara cabriola dejó en el camino a dos jugadores ingleses - Reid y Beardsley-, para quedar de cara al arco y comenzar su "cósmica carrera", como alguna vez definió el relator uruguayo Víctor Hugo Morales.

Perseguido por Reid, Maradona encaró la salida de Butcher y lo dejó desairado, aunque este defensor tomó la posta de su compañero en la persecusión de la camiseta azul con el número "10" en la espalda, que sin dudar eliminó la barrera que le imponía Fenwick e ingresó al área.

En una fracción de segundo Maradona decidió cómo terminar su obra. Le amagó a Shilton, éste se quedó tirado en el piso, y con un enganche de zurda y un preciso remate marcó el gol que ponía transitoriamente el resultado 2-0 en favor de los sudamericanos, cuando se disputaban 55', pero que luego sería un definitivo 2-1.

En el estadio Azteca hay una placa, que es objeto de culto para cualquier amante del fútbol, en el que se recuerda el gol de Maradona, una obra épica de plasticidad y belleza que le demandó una carrera de 53,5 metros y sólo 10,6 segundos de su vida, pero que le valió catapultarse como el mejor jugador del mundo.

Apenas ocho días más tarde Maradona y sus compañeros dirigidos por Carlos Bilardo lograban la Copa del mundo, la segunda para Argentina, en una final angustiante ante Alemania, a la que derrotó por 3-2.

El tiempo se encargó de llevar a Maradona por otros rumbos, sin tanta gloria que los de 1986, pero nadie puede olvidarse aún de esas dos conquistas: "La mano de Dios" y el gol más bello de todos los tiempos.
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