MOSCU.- Después de una larga y controvertida campaña, las autoridades del olimpismo elegirán el viernes la sede de los Juegos Olímpicos de Verano 2008, en lo que promete ser una reunión histórica.
Probablemente el Comité Olímpico Internacional (COI) conceda a China la sede de la olimpiada en la última sesión de Juan Antonio Samaranch como presidente de la organización.
Beijing enfrenta una fuerte rivalidad de Toronto y París, pero la atracción de realizar los Juegos Olímpicos en el país más poblado del mundo y con gran potencial económico, es probablemente la carta de triunfo.
Estambul y Osaka, las otras dos aspirantes a la sede entre las cinco ciudades finalistas, son consideradas con poca opción de ganar.
La lucha por organizar el evento deportivo más prestigioso del planeta ha estado marcada por protestas contra China, debido a su actitud en el tema de derechos humanos, mientras que Canadá fue criticada después que el alcalde de Toronto dijo que temía ser colocado en una tina de agua hirviente durante un viaje a Kenia, precisamente para buscar respaldo para su ciudad.
Lejanos están los días en que los costosos gastos que demandaba la organización de una olimpiada intimidaban para llevar adelante el proyecto.
En el mundo moderno del deporte, los multimillonarios contratos por patrocinio y derechos de transmisión televisiva de los Juegos Olímpicos garantizan a la ciudad anfitriona grandes ventajas económicas, además de prestigio deportivo y político.
En consecuencia, la batalla por ser anfitrión de los Juegos Olímpicos se ha vuelto altamente competitiva.
Muchos de los mercados de bolsa aguardan con especial interés la decisión del viernes, ya que una victoria de Beijing podría tener una mayor influencia en el desarrollo económico de China en los próximos siete años.
Además, tendría un gran impacto para las grandes compañías que trabajan incansablemente por llegar al atractivo mercado chino.
No obstante, la candidatura de China estuvo rodeada de controversia por sus pobres antecedentes en materia de derechos humanos.
PLAZA TIANANMEN
La sombra de la masacre en la Plaza Tiananmen en 1989 contribuyó a que la capital china perdiera la elección para organizar los Juegos Olímpicos del 2000, que finalmente fue adjudicada a Sydney por un voto.
Esta vez, Beijing ha tenido una fuerte oposición de legisladores estadounidenses y también de grupos que apoyan al Tibet, territorio que domina China con mano dura desde la década de 1950.
Cuando el COI emitió en mayo su reporte sobre aspectos técnicos de las cinco ciudades candidatas, grupos tibetanos protestaron frente a la sede central de la organización deportiva en Lausana, Suiza.
Una enorme pancarta fue colgada en los árboles con el retrato de un monje tibetano con las manos hacia atrás esposadas con los cinco anillos olímpicos. Esa ha sido la imagen más contundente de la campaña.
Los miembros del COI también han recibido amenazas personales, y han sido advertidos de posibles ataques en caso de que voten a favor de Beijing.
Después de analizar las ciudades, el COI dijo en su informe que Beijing, París y Toronto son las favoritas, pese a que los chinos tienen que construir muchas instalaciones deportivas.
En contraste, la capital francesa tiene listo su estadio principal, mientras que Toronto dispone de un gran número de instalaciones.
Sin embargo, fuentes olímpicas creen que la mayoría de miembros del COI votará por Beijing con la esperanza de que otorgar la sede a China pueda tener una mejor influencia positiva en el futuro comportamiento del país, que un segundo rechazo olímpico en una década.
TACTICAS INTELIGENTES
Beijing ha realizado una campaña táctica muy prudente sin insultar a sus adversarios. Recientemente, China convenció Cathy Freeman, el rostro de las exitosas olimpiadas de Sydney 2000, para respaldar su candidatura, teniendo en cuenta que la campeona de 400 metros planos es descendiente de aborígenes australianos y también tiene ancestros chinos.
Toronto tendría cierta ventaja sobre París, porque los próximos Juegos Olímpicos del 2004 serán en Atenas y es probable que el COI no quiera regresar la olimpiada al continente europeo tan pronto como en el 2008.
Sin embargo, Toronto ha tenido sus propios problemas diplomáticos en recientes semanas.
La ciudad se vio sumida en la verguenza el mes pasado, después que su alcalde, Mel Lastman, hizo una broma pesada antes de viajar a Africa.
Lastman dijo que temía ser colocado en una tina de agua hirviendo, mientras los nativos bailaban alrededor de él.
Los canadienses viajaron a Kenia en un intento por atraer el voto de de los dirigentes olímpicos africanos.
París también se vio afectada el mes pasado por noticias de que la policía francesa investigaba por presunto lavado de dinero al jefe del comité de la candidatura parisina, Claude Bebear, fundador de la empresa de seguros AXA.
Por todos estos antecedentes, sería una gran sorpresa si Beijing no ganara la sede olímpica en esta oportunidad.
El octogenario Samaranch siempre ha sido un líder al que le gusta el simbolismo.
El dirigente español ha llevado la sesión del COI a Moscú, donde fue elegido por primera vez presidente en el congreso previo a los Juegos Olímpicos de 1980 realizados en esa ciudad, cuando la Unión Soviética era una potencia de la Guerra Fría y los boicots dominaban los Juegos.
Muchos creen que Samaranch quiere crear otra pieza de historia otorgándole la sede de la olimpiada a China el viernes, antes de dejar la presidencia y del nombramiento de su sucesor cuando termine la sesión del COI el 16 de julio.