PORTO ALEGRE.- El director técnico de la selección brasileña de fútbol, Luiz Felipe Scolari, afirmó hoy que la selección verdeamarilla "necesita del cariño de la 'torcida' (hinchada) y no de recriminaciones" por su estruendosa derrota ante Honduras el domingo pasado en Colombia, por la Copa América.
El entrenador dijo estar muy preocupado ante la depresión que mostraron algunos jugadores después de la eliminación de Brasil de la Copa América.
"Dos o tres de ellos lloraron en el vestuario, otros dos entraron pateando las puertas y peleando con sus compañeros, pero más me preocupan algunos que quedaron de cabeza gacha y sin hablar", expresó el técnico ante los micrófonos de la emisora de radio Gaúcha.
La preocupación de Scolari apunta hacia el partido que la selección brasileña jugará el próximo 15 de agosto ante la de Paraguay por las eliminatorias sudamericanas para el Mundial de 2002, que puede ser vital para la clasificación del Brasil. La selección verdeamarilla ocupa en la actualidad un precario cuarto lugar.
Scolari teme que el hecho de que Brasil juegue como local, en la sureña ciudad de Porto Alegre, sea un problema y no una ventaja debido a la irritación de los aficionados, que no entienden la humillante derrota por 2-0 ante Honduras.
El director técnico brasileño recordó que, según la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), Paraguay es hoy uno de los ocho mejores equipos del mundo, y prometió "crear una trampa para evitar los avances de Arce".
Otro de los problemas de la selección brasileña sería, en opinión del técnico, la "mala voluntad" de los clubes europeos para liberar a sus jugadores para que vistan la camiseta verdeamarilla.
"Es mucho más difícil de lo que había pensado, pues estamos cumpliendo las normas de la FIFA, convocando apenas algunos días antes del partido con Paraguay, y aún así algunos clubes están complicando la liberación de sus atletas", afirmó, sin identificar qué clubes se niegan a ceder a los jugadores brasileños.
