NUEVA YORK.- Antes de seguir con su vida, el tenista australiano Patrick Rafter deberá concentrarse en un desafío personal, que seguramente resultará mucho más importante que el Abierto de los Estados Unidos, que reparte 15,8 millones de dólares en premios.
Para Rafter, el Abierto se terminó ayer, tras la derrota en cuatro sets ante el estadounidense Pete Sampras, en octavos de final. Esta caída le dejó pendiente al tenista australiano de 28 años una gran deuda deportiva, ya que el mismo Sampras lo había vencido en la final de Wimbledon, en el año 2000.
Ahora, otro gran desafío se asoma en la carrera profesional de Rafter, y el australiano deberá hacerle frente dentro de quince días.
El enfrentamiento que Australia mantendrá entre el 21 y 23 de septiembre ante Suecia, en Sydney, encabeza la lista de prioridades de Rafter y Lleyton Hewitt, que serán probablemente los dos "singlistas" presentes por Australia en las canchas de Homebush Bay.
"Me voy a tomar un buen descanso", dijo Rafter, quien había anunciado en enero que se tomaría unas vacaciones para evaluar sus deseos de continuar en el deporte. "Estaré lesionado y no podré jugar en Stuttgart (a mediados de octubre), luego me pondré a punto para estar en Estocolmo, París y los Masters. Ojalá ganemos la Copa Davis", declaró el tenista.
Rafter está cansado y fastidiado de escuchar preguntas acerca de si su descanso del año próximo será definitivo. "¿Cuántas veces te lo tengo que decir?", le contestó a un periodista.
El tenista planea recorrer Australia con sus amigos de su hogar adoptivo en las islas Bermudas mientras se esté disputando el Abierto del año próximo. Además, intentará vivir como un "ciudadano común", aunque quizás lo haga como un ciudadano golfista.
"Lo estuve pensando bastante. Hay cosas nuevas que tengo ganas de hacer. Quiero vivir la vida, simplemente ver cómo es la vida. Luego de vivir en un mundo irreal, deseo bajar a la tierra. Quizás no me guste, el tiempo lo dirá", comentó Rafter.
Rafter se niega a hablar de su futuro, aunque admite que le gustaría volver a jugar ante Sampras, en Wimbledon. "Es una cuenta pendiente para mí, pero no hay garantías de que vaya a estar allí", manifestó.
"Estuve pensando bastante en tomarme un descanso. Hay muchas cosas que quiero hacer... El tenis ha sido extraordinario para mí, ya que me dio muchas más satisfacciones de las que yo esperaba. Nunca pensé que llegaría a donde llegué. Si decido dejarlo y no volver, me puedo considerar afortunado por haber tenido la carrera que tuve", explicó el tenista australiano, dos veces ganador del Abierto de los Estados Unidos.
"Todo es relativo para mí, quiero ver lo que es la vida y entrar un poco en la realidad", agregó.