SAO PAULO.- Cuando la pelota estaba en poder de los universitarios, parecía que el juego se practicaba en cámara lenta. Y cuando la tomaban los brasileños, las revoluciones casi llegaban al máximo. Esa fue la diferencia que definió el triunfo de Palmeiras sobre Universidad de Chile por 4-0. Nada más. Casi.
Porque los locales adicionaron el conocido buen manejo de balón, una creatividad a prueba hasta de patadas y una anticipación que incluso aplicaron los delanteros, para poner aún más en jaque la defensa que formaban Von Schwedler, Cáceres y Castañeda.
En cambio, los azules se vieron lentos, inconexos, abandonados arriba, partidos en dos. Sólo el trabajo de Avila (fue de más a menos) y Chavarría le permitió a la "U" igualar el trabajo de tipos como Lopes, Galeano y Magrao, que saben con la pelota en los pies y sin ella también.
Los goles eran cuestión de tiempo. La apertura de la cuenta por intermedio de Galeano sólo fue el comienzo de una tarea que los brasileños tenían aprobada de antemano. El cuadro de Vaccia nunca fue de peligro, ni siquiera tuvo la fortaleza física para repeler lo que tenía enfrente.
Y para colmo, los cambios terminaron por descolocar a la oncena estudiantil. El único que hizo algo con la pelota en los zapatos fue Rivarola, pero siempre tuvo dos o tres hombres en su marca que le impidieron seguir avanzando hasta el arco del seguro Marcos.
La "U" no puede en canchas extranjeras. Miedo escénico, falta de plantel, malos planteamientos... Cualquiera sea la razón, los hombres de Vaccia siguen en deuda, y lo más probable es que la tarea les quede pendiente para el próximo año. Así como van, es difícil que clasifiquen para la segunda fase.