MADRID.- La 34 edición de la Copa Ryder de golf, que iba a disputarse del 28 al 30 de septiembre próximos en el campo inglés de The Belfry, ha sido aplazada y se jugará en septiembre del año próximo, ha informado el Comité Europeo para dicho torneo.
Ese organismo ha informado de que la PGA de América le ha comunicado que el impacto tan grande que han supuesto los atentados perpetrados en Estados Unidos el pasado martes hace imposible que el equipo estadounidense pueda acudir a dicho torneo.
El aplazamiento de esta competición bienal, que enfrenta a Estados Unidos con Europa, no sufre por el contrario ninguna otra modificación en cuanto al reglamento de competición y a los integrantes de ambos equipos.
La Copa Ryder que se jugará definitivamente el año que viene tendrá idénticos protagonistas, con los mismos 10 jugadores por equipo clasificados por puntos y los dos invitados por los respectivos capitanes.
Se espera que en las próximas semanas se establezca un nuevo calendario para 2002, tanto en el circuito estadounidense como europeo, para encontrar fechas libres para reajustar la Copa Ryder en el mes de septiembre.
Con el aplazamiento de la Copa Ryder se jugarán de forma consecutiva en 2002 (The Belfry) y 2003 (Estados Unidos) la 34 y 35 ediciones de esta competición.
Los capitanes de los dos equipos, el escocés Sam Torrance (Europa) y Curtis Strange (Estados Unidos), se mostraron hoy conformes con la decisión de retrasar 24 meses la competición de golf más importante del mundo.
Para Torrance la decisión de posponer la Copa Ryder "es de sentido común". "Los recientes sucesos trágicos han hecho que todo lo demás pase a un segundo plano", precisó el capitán del conjunto europeo.
"Tengo mi corazón destrozado por la tragedia y siento una enorme tristeza. Ya habrá tiempo suficiente para hablar de todo esto y de la Copa Ryder", comentó Torrance.
El capitán estadounidense aseguró que el aplazamiento de la Copa Ryder "es lo mejor que se podía hacer".
Strange admitió al respecto que la tragedia "ha tenido un reflejo enorme" en todos los estadounidenses. "Todo esto nos ha hecho reflexionar sobre nuestras propias vidas, mientras que nuestros corazones y plegarias están ahora próximos a todos los afectados por la tragedia", comentó.
