SANTIAGO/PRESOV.- Se fue la ilusión del 2-0 a favor de Chile en Copa Davis. Pero nadie creía que fuera tan categórica la actuación de Diminik Hrbaty ante Nicolás Massú, ya fuera por el tenis irregular que casi siempre exhibe el eslovaco como por el aguerrido juego del chileno.
Hrbaty se impuso por 6-1, 6-1, 4-6 y 6-3, luego de dos horas y 31 minutos de juego y en los que dominó a su rival con una gama de golpes precisos, tanto de derecha como de revés.
Fue sorpresivo lo hecho por Hrbaty, incluso para el público eslovaco, que rápidamente se "prendió" con el juego que estaba brindando el jugador local. Un servicio casi incontrarrestable, velocidad de piernas y golpes punzantes, que herían a Massú cada vez que la pelota traspasaba la red, fueron los principales elementos que conjugó el tenista europeo para quedarse con las dos primeras mangas en 25 y 32 minutos, respectivamente.
De Massú, de ese Massú que le dio batalla a Andre Agassi en el US Open, nada. Sólo a punta de esfuerzo y garra emparejó el tercer set y lo consiguió después de 47 minutos de batalla.
Pero tras un "break", Hrbaty volvió al estadio techado de Presov. Presionó a Massú para no ir a un quinto set, y su jugada le dio resultado. Massú no pudo -de verdad, nunca pudo- jugar con naturalidad y esta vez su primer servicio no fue esa arma punzante, casi demoledora que había mostrado en sus últimas incursiones.
Otros 47 minutos bastaron para que Hrbaty le diera a su país el primer punto e igualara la cuenta luego del triunfo de Ríos sobre Kucera. Todo aparece dentro de la lógica, aunque no el juego exhibido por Massú. En su defensa, se puede decir que el viñamarino recién al final del partido recuperó algunos de sus golpes, especialmente esa derecha demoledora que casi siempre causa estragos en sus oponentes.
Bien por lo que viene. Porque si no se puede en el dobles, el match se puede liquidar el domingo. Ilusión todavía queda.