WASHINGTON.- La incógnita sobre el posible regreso de Michael Jordan a la competición activa de la NBA se terminará hoy cuando la ex súper estrella de los Bulls de Chicago, a través de un comunicado de prensa, diga que va a jugar con los Wizards de Washington, que serán quienes hagan el anuncio oficial.
Varias fuentes cercanas a la NBA consultadas por EFE confirmaron que el retorno de Jordan ya está garantizado desde hace varias semanas, como quedó demostrado cuando un lapsus involuntario de una de las personas que trabajan en el departamento de internet de la oficina de la liga metió su biografía en la lista de los jugadores activos de los Wizards.
El "error", que fue corregido en menos de dos horas, era la última prueba inequívoca de que los directivos de la NBA ya sabían que Jordan volvería a la competición activa después de tres años de retirada voluntaria y tienen todo preparado para recibirlo.
Sin embargo, Jordan, de 38 años, quiere que hasta el último momento, desde que comenzó el "circo" de su posible vuelta el pasado mes de abril, el suspenso se mantenga y ahora no tiene previsto hacer ningún comentario público hasta que el próximo 1 de octubre se haga realidad el día de la prensa de los Wizards, en el MCI de Washington.
Después de que Jordan sea presentado de nuevo a todo el mundo, esta vez como jugador de los Wizards y haya dejado el cargo de presidente de operaciones del equipo, al menos de forma burocrática no funcional, el equipo viajará hasta Wilmington (Carolina de Norte) para comenzar el campo de entrenamiento y ser el mayor centro de atención de la NBA.
Desde hace dos semanas Jordan ya tenía decidido que volvería a la competición activa y sólo los tristes acontecimientos del pasado día 11 que se registraron en Nueva York y Washington con los atentados terroristas le hicieron pensar que era mejor aplazar el anuncio que todo el mundo de la NBA y su circulo personal ya sabían cual era el contenido final.
Jordan, en su segunda vuelta a la competición activa, firmará un contrato con los Wizards por un año y un salario de un millón de dólares, que es el mínimo que puede recibir como profesional de más de 10 temporadas, cifra ridícula comparados a los 36 millones que ganó en la liga de 1997-98 cuando proclamó a los Bulls por sexta vez campeones de la NBA.
El ex base de los Bulls, único equipo con el que jugó las 13 temporadas que estuvo en la NBA, no ha descartado la posibilidad de firmar por varias temporadas más en su segunda vuelta a la competición, de acuerdo a lo que dijo a varios periodistas a la salida de un restaurante de Chicago el pasado día 10.
"Estoy decidido a volver a la competición y hacerlo por mucho tiempo porque me siento con fuerza y con un gran amor por el deporte del baloncesto", declaró Jordan.
El efecto Jordan, dentro y fuera de la cancha
El "amor" de Jordan ha hecho muy feliz a un gran número de personas dentro y fuera de la NBA, especialmente a la firma comercial deportiva Nike, la cadena de televisión NBC y a los Wizards, que van a pasar de ser uno de los peores equipos de la liga, que no generaban ningún tipo de interés, a ser el gran centro de atención de la competición, mucho más que los actuales campeones, los Angeles Lakers.
Los Wizards tienen vendidos más de 12.500 abonos de temporada, la mayoría de ellos para ocupar los asientos más caros del campo MCI, que tiene una capacidad de 20.000 espectadores.
Los directivos de los equipos también han admitido que los Wizards con Jordan serán más interesantes en sus paquetes de venta de entradas que los Lakers y los Sixers de Philadelphia, y con toda seguridad estarán entre los diez preferidos de la liga para ser vistos por los aficionados cuando viajen fuera de Washington.
Los responsables de la cadena NBC admitieron que con Jordan en acción los Wizards tendrán asegurados al menos once partidos durante la temporada regular cuando sin él no serían vistos ni una sola vez.
La NBA también tiene ya a Jordan como el factor de mayor valor a vender cuando comiencen a negociar el nuevo contrato de televisión y de revitalización de su departamento comercial y de mercado.
El primero en apoyar abiertamente la vuelta de Jordan fue el comisionado David Stern, quien dijo que no iba a tener ningún problema en dejar las acciones de propiedad de entre el 5 y el 10 por ciento que posee dentro de los Wizards.
Mientras, podría mantener las que posee en el equipo de hockey sobre hielo, los Washington Capitals, propiedad de Ted Leonsis, que le comprará de nuevo las acciones que le dio de los Wizards cuando el 19 de febrero de 2000 aceptó el cargo de presidente de operaciones y firmó un contrato por cinco años y un salario de un millón de dólares.
El dueño mayoritario de los Wizards desde 1963, Abe Pollin, también dejó muy claro desde el principio que Jordan volvería cuando dijo en mayo que "sentía una corazonada que le decía que Michael iba a jugar con su equipo".
Jordan dejará sus acciones pero no el control que ya tiene de todas las acciones deportivas de los Wizards, incluida su relación con el nuevo entrenador del equipo, Doug Collins, el segundo técnico que lo dirigió en su primera etapa con los Bulls.
Ahora la gran incógnita y reto para Jordan en su segunda vuelta a la competición activa es demostrar que todavía puede ser el jugador competitivo que lo ganó todo y que le hizo merecedor a ser considerado como uno, si no el más grande, en la historia de la NBA.
Jordan sabe que los seis títulos que ganó con los Bulls en trece temporadas para establecer una nueva dinastía forman parte de la historia. Pero Jordan, que con los Wizards también vestirá en su camiseta el legendario número 23, también es consciente, como competidor único y ambicioso que siempre ha sido, que con el potencial físico que todavía tiene cualquier cosa que aporte a la actual competición de la NBA será mucho más interesante que lo que se ha visto desde que se retiró.