SANTIAGO.- Era dos chances en una. Colo Colo podía superar a su "bestia negra", el Cruzeiro brasileño, y comenzar a asegurar su paso a la segunda fase de la Copa Mercosur.
Ni lo uno ni lo otro. Un empate sin goles y con gusto a nada, pese a que jugó gran parte del encuentro con superioridad númerica por expulsión del delantero Oseas, dejó al conjunto colocolino con sus alforjas vacías y con la obligación de ganar en Buenos Aires a Independiente para esperar la clasificación como uno de los mejores segundos.
Poco claro se vio el equipo de Roberto Hernández. Sin ideas, pese al esfuerzo de Mendoza y al despliegue físico de Reyes y Tapia. Sin llegada, pese a los pelotazos de Espina, Leal y Villaseca, los que casi siempre terminaron en las manos de André o en la cabeza de Cris. Sin profundidad, pese a que terminó con tres delanteros en cancha, luego de la inclusión de Sebastián González en el minuto 46.
Cruzeiro no hizo mucho más. Pero sí tuvo las dos ocasiones más claras: un tiro en el poste de Wagner y una entrada de Maicon por derecha, hasta las mismas barbas de Ramírez, que terminó con el lateral dándole un zapatazo al balón, lejos del arco colocolino.
El conjunto blanco -esta vez albinegro- tuvo lo suyo. Dos entradas de Reyes, al inicio de cada una de las etapas, dejaron al delantero en posición de gol pero no pudo -o no supo- liquidar ante André. El resto fueron puros centros, ollazos en busca del milagro. Pero no hubo caso y el olor a muerto, ese que ya exhala Universidad de Chile, ya inunda el Monumental.