NUEVA YORK.- En medio de un ambiente enrarecido por los últimos acontecientos ocurridos en Nueva York y por amenazas de todo tipo entre los contendientes, los admiradores del puertorriqueño Félix "Tito" Trinidad tendrán que acudir a sus gargantas y aplausos para estimular a su campeón, y dejar de lado las trompetas, tambores e instrumentos musicales con que suelen acompañar las peleas.
Trinidad y el estadounidense Bernard Hopkins se enfrentarán el sábado próximo en el Madison Square Garden de Nueva York, en un pleito unificatorio de títulos medianos, para escoger el primer campeón absoluto de la categoría desde que el norteamericano Marvin Hagler fuera rey supremo en la década de los 80.
Empero, los simpatizantes de "Tito" no podrán esta vez hacer barra como acostumbran -con los cantos tradicionales boricuas- porque los organizadores del evento prohibieron el ingreso a la instalación de todo instrumento musical, como parte de las medidas de seguridad tomadas para el evento.
"La seguridad del público es nuestra principal preocupación", aseguró Eric Gelfand, funcionario del Madison Square Garden. Gelfand declinó dar detalles sobre otras medidas de seguridad, pero se confirmó que todos los asistentes deberán pasar por puestos detectores de metales antes de ingresar al recinto.
Los detectores de metales son usados en las peleas organizadas en Las Vegas (Nevada) desde 1997, cuando un combate entre los pesos pesados Mike Tyson y Evander Holyfield terminó en una batalla campal, luego de que el primero le mordiera la oreja al segundo.
En el Garden esas medidas estaban reservadas sólo para los conciertos de rock, pero a partir de los atentados terroristas del 11 de septiembre a Nueva York y Washington se aplicarán por igual a todos los espectáculos organizados en la instalación.
Trinidad, campeón mediano de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), y Hopkins, titular del mismo peso de la Federación Internacional (FIB) y el Consejo Mundial (CMB), disputarán uno de los pleitos más esperados de los últimos tiempos.
Inicialmente el combate estaba previsto para el 15 de septiembre, pero los atentados terroristas en el World Trade Center y el Pentágono obligaron a su postergación.