MANCHESTER.- La Inglaterra de Sven Goran Eriksson y David Beckham se clasificó hoy para el Mundial de fútbol de 2002 al empatar 2-2 con Grecia en casa en un final de infarto, y gracias al empate 0-0 de Alemania ante Finlandia en Gelsenkirchen.
Un gol de Beckham en el minuto 90 dio el empate a los ingleses, que se proclaman así campeones del grupo 9 de Europa, empatados con Alemania a 17 puntos pero con mejor diferencia de goles. Alemania tendrá que jugar una eliminatoria de repechaje contra Ucrania.
El interior del Manchester United y capitán de la selección inglesa se convirtió así en el héroe de la noche y confirmó que es el verdadero líder del equipo. "Teddy Sheringham me dijo que quería lanzar el último libre directo, pero le dije que lo haría yo", explicó el propio Beckham.
"Es la mejor sensación del mundo", resumió Beckham tras el choque. "Nunca pensé que estábamos eliminados. Con el Manchester lo hicimos en la final de la Liga de Campeones contra el Bayern Múnich y uno aprende a no cejar nunca en el empeño", agregó.
El otro gran vencedor con la clasificación para el Mundial es Sven Goran Eriksson. El técnico sueco tomó un equipo desahuciado hace menos de un año y lo ha llevado al Mundial con una histórica goleada a Alemania incluida, con lo que borró de un plumazo todas las críticas que ocasionó su contratación, la primera de un técnico no británico en la historia de los "pross".
Eriksson tuvo palabras de alabanza hacia Beckham, su "Gran Capitán": "Se podía ver que quería ganar el partido, y ha demostrado otra vez que es un 'Gran Capitán' al aprovechar su oportunidad".
El partido, disputado en Manchester, fue un sufrimiento de principio a fin para los ingleses, que no encontraron la manera de traspasar el muro organizado por el seleccionador griego, el alemán Otto Rehaggel. Además, los griegos salían en peligrosos contraataques, y así llegó su primer tanto.
Patsatzoglou penetró en el minuto 37 por la banda izquierda y su centro fue mal despejado por Rio Ferdinand. El balón cayó en una esquina del área, donde Angelos Charisteas empalmó una volea cruzada lejos del alcance de Martyn.
El gol destapó aún más las carencias de los ingleses, que sufrieron las ausencias de tres habituales titulares: el portero David Seaman, el central Sol Campbell y el delantero Michael Owen, estrella de la victoria 5-1 ante Alemania hace un mes.
Los acercamientos ingleses morían siempre en el borde del área griega o concluían con débiles lanzamientos que eran repelidos por el guardameta Nikopolidis, que estuvo espléndido durante los 90 minutos.
El descanso llegó, pero los hombres de Sven Goran Eriksson salieron al campo con los mismos problemas en la segunda mitad. Su atasco llegó hasta el minuto 68. El "eterno" Teddy Sheringham, que sólo un minuto antes había sustituido a un desafortunado Robbie Fowler, cabeceó a la red un centro de Beckham.
Poco duró la alegría entre los 67.000 aficionados que llenaron el coliseo de Old Trafford. Nada más sacar de centro, los griegos se lanzaron al ataque, y un balón suelto fue aprovechado por Themis Nikolaidis para adelantar de nuevo a su equipo.
Si hasta ese momento Inglaterra se había mostrado incapaz, los nervios y las premuras de tiempo no hicieron sino acentuar su mal día. Sus atropellados ataques apenas causaban peligro en las huestes griegas, mientras que Nigel Martyn tuvo que salvar en un par de ocasiones a su equipo de una derrota segura.
Todo parecía perdido, pero las noticias procedentes de Alemania, donde los germanos empataban 0-0 con Finlandia, mantenían viva la esperanza: una igualada le bastaba a Inglaterra para ir al Mundial.
Y en el minuto 90 llegó el milagro. David Beckham, el capitán, aprovechó el último de los innumerables libres directos de que dispuso y anotó el tanto que levantó el júbilo en Inglaterra y obliga a Alemania a una complicada repesca ante Ucrania.