SANTIAGO.- Todos en el estadio San Carlos de Apoquindo se imaginaban a esa Universidad Católica que le ganó a Boca Juniors, doblegando con facilidad a Conrinthians y quedando a "tiro de cañón" para ubicarse en las semifinales de la Copa Mercosur.
Todos se imaginaban una victoria tranquila, con los tres delanteros (Pérez, Norambuena y González) haciendo de las suyas en el área brasileña, con Ormazábal y Valdebenito dueños del mediocampo y con Alvarez y Acuña frenando los avances por las bandas de los brasileños.
Pero nadie se imaginaba un 2-1 apretado, sobre la hora.
Para llegar a eso habría que decir que el DT Olmos le facilitó el trabajo al cuadro del ex mundialista Wanderley Luxemburgo, especialmente en la mediacancha y por el flanco derecho, donde Fabinho terminó por quebrarle la cabeza al técnico cruzado, obligándolo a incluir a Ponce en el entretiempo.
La apertura de la cuenta por intermedio de Norambuena sonaba a "golpe de suerte" cuando los hinchas cruzados tomaban su café para analizar la primera etapa. Si uno de los cuadros estuvo más cerca de la portería rival, ese casi siempre fue Corinthians bajo la autoría de Deivid o Luizao.
Si Ponce fue llamado a clausurar el ala izquierda de los universitarios, un avance por la derecha de Kléber le permitió a los brasileños encontrar tempranamente el empate. Luego de eso comenzó otro partido, con los brasileños tratando de adormecer la pelota y con la UC presionando arriba.
Tanto marcó el cuadro cruzado que tras dos tiros de esquinas, la cabeza salvadora de Norambuena, -sí, otra vez el "ingeriero forestal"- anidó el balón en la red brasileña sin que Rubinho, a esa altura la mejor figura del visitante, pudiera impedirlo.
Los minutos restantes eran apara aguantar, y en eso Norambuena también ayudó. Pero Ormazábal llevó el pandero, bien custodiado por Segovia y Acuña.
La UC terminó celebrando el triunfo, aunque Olmos ya tiene la calculadora en la mano. Menos mal que cuenta con un ingeniero en el plantel para que le salve la plata y los puntos allá en Brasil, cuando deba cosechar lo sembrado en San Carlos.