El pasado martes 23 de octubre murió a los 86 años de edad Ken Aston, uno de los árbitros más influyentes del fútbol mundial y conocido internacionalmente por haber dirigido lo que se conoció como "La batalla de Santiago", el caótico partido entre Chile e Italia durante la Copa del Mundo de 1962.
Kenneth George Aston nació el 1 de septiembre de 1915 en Colchester y combinó su carrera de profesor con un período de servicio en el ejército y una persistente afición por el deporte.
En 1935 se le pidió que arbitrara un partido de fútbol en la escuela donde enseñaba. Al año siguiente ya era árbitro de las ligas locales y en poco tiempo llegó a hacerse cargo de encuentros de nivel nacional.
Dirigió partidos relativamente tranquilos en Inglaterra hasta que le correspondió venir a la Copa del Mundo realizada en Chile, en 1962. Aston arbitró sin problemas el partido inaugural, y eso le valió convertirse en reemplazante del juez designado para el match entre Chile e Italia, el que sería conocido internacionalmente como "La batalla de Santiago".
Los ánimos para ese encuentro estaban muy caldeados por reportes de prensa llegados desde Italia que hablaban mal de Santiago y ponían en duda la belleza y la moralidad de las mujeres chilenas.
Aston diría después que había pedido escoger a los guardalíneas, pero que le impusieron a un mexicano y a un estadounidense de Nueva York. "No eran muy buenos, así que prácticamente estaría solo frente a los 22 jugadores".
Antes del inicio, los chilenos rechazaron un ramo de flores ofrecido por los italianos. Al minuto 12, el italiano Giorgio Ferrini fue expulsado por un foul descalificador. Un poco más tarde, el chileno Leonel Sánchez le quebró la nariz al capitán azurri, Huberto Maschio, con un gancho de izquierda. "Yo estaba de espaldas en ese incidente", explicó después Aston, "estoy seguro de que el guardalíneas lo vio, pero se negó a decirme". Así que Sánchez no recibió castigo. Pero Mario David se vengaría con una patada de karate, con la que se ganó la expulsión. Carabineros debió entrar a la cancha tres veces para proteger al árbitro. Pese a todas las interrupciones, Aston no dio tiempo agregado y Chile ganó 2 a 0.
"Yo no estaba arbitrando un partido de fútbol", recordaría Aston, "estaba actuando como juez de maniobras militares".
Nunca más arbitró en copas del mundo, pero en 1964 se convirtió en el presidente del comité de árbitros de la FIFA, cargo que mantuvo hasta el retiro de Sir Stanley Ross, quien fue sucedido por Joao Havelange como presidente del organismo.
En el mundial de Inglaterra, en 1966, Aston tomó parte de otro incidente con repercusiones. Los locales disputaban los cuartos de final contra Argentina, en Wembley, en un partido duro y cerrado. De pronto, el árbitro expulsó al capitán trasandino, Antonio Rattin. Pero él se negaba a salir y cuando finalmente lo hizo siguió gritando y gesticulando al lado de la cancha. Aston intervino convenciendo a Rattin de retirarse, argumentando que su actitud perjudicaría a las autoridades futbolísticas argentinas.
Al día siguiente ocurrió algo que tendría consecuencias. La prensa publicó que los jugadores Jack y Bobby Charlton habían sido amonestados, pero el árbitro no dejó registro de la medida. "Mientras manejaba por Kensington High Street, el semáforo cambió a rojo. Pensé:
Amarillo, tómatelo con calma; rojo, deténte, estás expulsado". Habían nacido las tarjetas amarilla y roja, que se usaron por primera vez en un mundial en México 1970 y se siguen utilizando hasta ahora.
Sus últimos años de actividad deportiva los vivió Aston en Estados Unidos, país donde el fútbol se ha ido introduciendo lentamente. Fue premiado por sus aportes al desarrollo futbolístico del país e incluso existe un campeonato que lleva su nombre.