ROMA.- Por primera vez desde que en 1980 se reabrió a los extranjeros, el fútbol italiano, disputada una cuarta parte de su actual liga, no tiene jugadores argentinos entre los máximos goleadores del torneo, contraviniendo una costumbre adquirida y en vigencia desde hace más de 20 años.
Mientras en el tope de la tabla de goleadores figuran Roberto Baggio (Brescia), con 8 goles, y Andrei Shevchenko (Milan) y Darío Hubner (Piacenza), con 7, los "cannonieri" argentinos brillan por su ausencia: Gabriel Batistuta (Roma) y Claudio López (Lazio) llevan apenas dos tantos y Julio Cruz (Bologna) uno solo.
Hernán Crespo (Lazio), por su parte, está totalmente peleado con los arcos contrarios: no acumula goles, aunque tiene el atenuante de no haber disputado dos encuentros de los ocho hasta ahora jugados debido a una lesión.
Este virtual ayuno de los cuatro internacionales argentinos habitualmente convocados a la exitosa selección argentina contrasta con la invariable presencia, en las dos últimas décadas, de jugadores de esa nacionalidad entre los más prolíficos del "calcio".
Diego Maradona (1987-88) con 15 tantos, Batistuta (1994-95 y 1998-99) con 26 y 21, respectivamente, y Crespo en el último torneo, con 26, fueron los máximos goleadores en cinco de los torneos disputados y en dos ocasiones Abel Balbo se ubicó segundo (1992-93 y 1994-95), con 21 y 22 conquistas.
Pero la fuerte presencia blanquiceleste en las redes rivales se remonta ya al primero de los argentinos que llegó a Italia tras la reapertura de las fronteras, Daniel Bertoni, quien en el torneo 1981-82 se ubicó cuarto con 9 tantos, e incluye a Daniel Passarella (es en la historia del fútbol italiano el defensor que más goles señaló, 11, en la liga 1985-86), Ramón Díaz (su mejor año fue 1988-89, con 12 redes) y Claudio Caniggia (10 tantos en 1990-91).
Se trata de performances de altísimo nivel de productividad que no logran mantener esta temporada Batistuta, Crespo, López y Cruz, una crisis que es tema de comentario por parte de toda la prensa deportiva.
Batistuta, para peor, el segundo máximo goleador en actividad en el calcio (sólo superado por Roberto Baggio), sufrió el sábado una lesión que lo mantendría entre dos y tres semanas inactivo.