SANTIAGO.- "Oigan, no se vayan que estoy hablando", le dijo Marcelo Ríos al público al término de un partido en que la gente que llegó al Club de Polo San Cristóbal no se definió nunca si apoyar al ex número uno o abanderarse con Fernando González.
Si la gente se la jugó apenas por una escasa mayoría por Ríos, el partido siguió la corriente, porque ni siquiera González debe haber pensado hacerle un juego tan cerrado, apenas dilucidado en el undécimo juego del último set, cuando entregó el servicio y dejó su chance a manos del zurdo.
Ríos, en una hora y 51 minutos, debió bregar duro, como camión petrolero, para doblegar al porfiado González por 4-6, 6-4 y 7-5, en el -quizás- mejor partido del nativo de La Reina desde que está bajo la mirada del argentino Horacio de la Peña.
Porque González no regaló nada. Palos metió y muchos, pero hacía tiempo que no combinaba violencia con precisión y, salvo una media docena de enganches con el marco, la velocidad de los golpes de González desmoralizaron a Ríos que en algún momento del lance pareció resignado a perder en primera vuelta en la Copa Ericsson.
Con dos jugadores sólidos de fondo, con servicios más que aceptables (sobre todo, González) y con una impresionante paridad en puntos ganados (el partido terminó 99-98 en favor de Ríos) era previsible que sólo una mínima pelusa que se incrustara en la maquinaria de alguno de los dos se transformaría en el desajuste clave.
Si en cada set un quiebre bastó para marcar la diferencia, en el tercero bastaba quizás menos. Una desconcentración. González la tuvo por ansioso en el undécimo juego, en el que cometió una doble falta y mandó un derecho a las nubes. Eso fue suficiente para que Ríos, con más aplomo y experiencia, mantuviera su servicio y ganara el partido.
Si González jugará así de motivado, así de preciso y así de concentrado todos sus duelos estaría al menos entre los cincuenta primeros del ránking. Si Ríos demostrara en todos sus lances que es capaz de neutralizar primero y atacar después incluso a los misileros estaría en condiciones de volver al top ten.
Esta noche, al menos -y aunque González dejó algo más que todo en la cancha, pero pecó de nerviosismo justo en el momento crucial- pareció que Marcelo Ríos está más cerca de la meta.