SAO LUIZ, Brasil-- El técnico Luiz Felipe Scolari cerró virtualmente las puertas de la selección brasileña al veterano astro Romario y sepultó sus esperanzas de terminar su victoriosa carrera de artillero comandando el ataque de Brasil en el Mundial de 2002.
En la rueda de prensa concedida después de la victoria el miércoles por 3-0 sobre Venezuela, que selló el pasaporte de Brasil a Corea del Sur-Japón, Scolari dejó en claro que no le gustan las actitudes y la personalidad del delantero del Vasco da Gama, y que por ello lo ha excluido de sus últimas convocatorias, pese a su talento con la pelota.
"Yo valoro a mi grupo de trabajo, con los que ya están en él. Los que se sumen con espíritu de integrarse a ese grupo serán bienvenidos. Integración significa donación, significa abandonar ciertas actitudes", afirmó Scolari, al ser indagado sobre el tema.
Aunque no lo dice abiertamente, Scolari considera a Romario como un jugador que se cree mejor que sus compañeros, y por ello exige un tratamiento de "estrella" que el entrenador no suele dar a ninguno de sus comandados.
El entrenador dejó en claro que sólo un cambio drástico de actitud podrá abrirle a Romario nuevamente las puertas de la selección nacional.
"Si me convencen por las buenas, puedo regalar hasta mis pantalones, pero no acepto presiones. Cuanto más me presionen, menos conseguirán", advirtió.