BUENOS AIRES.- El ingeniero chileno Manuel Pellegrini, entrenador del club argentino San Lorenzo, reivindicó el fútbol como espectáculo, pero lamentó que otros entrenadores inculquen la marca personal y la obstrucción en lugar de dar libertad de creación a sus jugadores.
“La marca personal lleva implícita el roce, la falta permanente. El fútbol no es obstrucción, es creación, espectáculo, entretenimiento y los técnicos no podemos matar el fútbol”, dijo en una entrevista que publica hoy el diario “Clarín”, el de mayor circulación de Argentina. No obstante, advirtió que su equipo “suele hacer ’pressing’ (marcaje), aprieta al rival en el campo contrario”.
Pellegrini, quien llevó a San Lorenzo a conquistar este año el torneo Clausura, el primero de los dos certámenes anuales de la primera división del fútbol argentino, sostuvo que planificar un partido en función del rival de turno hace perder jerarquía al equipo y atenta contra el espectáculo.
“Yo siempre inculcó más la creación que la destrucción, no me gusta la marca hombre a hombre. Al rival hay que derrotarlo tratando de imponer nuestro peso futbolístico, nuestra creatividad y no impidiéndole hacer las cosas que puede hacer. Uno no puede andar ocupado en que el rival no juegue”, destacó.
San Lorenzo perdió 1-2 en su visita al brasileño Corinthians en Sao Paulo por las semifinales de la Copa Mercosur y al partido revancha, el próximo miércoles en Buenos Aires, llegará con “la misma ilusión, la misma ambición” con que conquistó el torneo local Clausura, aseguró el entrenador.
Pellegrini, de 50 años, el primer chileno que dirige un equipo de la máxima división del fútbol local, dijo que el paso de los años lo ha llevado a ser más introvertido, “más solitario” y que su profesión como entrenador de fútbol le quitó tiempo para disfrutar la vida junto con su familia.
Sobre sus dos profesiones, indicó que la gente “le da más jerarquía” al título de ingeniero que a la actividad futbolística, pero explicó, con deliberada picardía, que de “diez jugadores pueden llegar a salir un par de ingenieros, pero con diez ingenieros no hago un futbolista”.
