MONTECARLO.- La noticia del dóping por nandrolona del saltador cubano Javier Sotomayor supone un triste final para su brillante carrera deportiva, pero lo más grave es que pone al descubierto las irregularidades cometidas en la Federación Internacional de Asociaciones de Atletismo (IAAF).
Sotomayor dio positivo en una reunión en Tenerife a mediados de julio, pero la noticia no se conoció hasta el domingo, en las horas previas de una gala anual de premios de la IAAF que quedó ensombrecida por la actualidad.
Entre medias, el cubano participó sin problemas en el Mundial de Edmonton, en agosto, donde terminó en cuarto lugar, y anunció su retirada a los 34 años a mediados de septiembre.
Las versiones dentro de la propia IAAF son contradictorias. El presidente de la comisión médica, el sueco Arne Ljungqvist, aseguró que todavía no hay nada oficial. "Las investigaciones están en marcha, comprobamos todo de forma muy cuidadosa, pero todavía no hay tal caso".
Sin embargo, el secretario general, el húngaro Istvan Gyulai, habla abiertamente de los detalles del caso. "Hay una diferencia del 50 por ciento", explicó, entre la prueba A y la B del análisis de Sotomayor.
Pero sin duda el más duro fue el alemán Helmut Digel, vicepresidente del organismo. "Existe el peligro de que se estén ocultando cosas debajo de la alfombra", sentenció el germano.
Digel no se mordió la lengua y criticó abiertamente la decisión de la IAAF de reducir de dos a un año la sanción a Sotomayor tras su positivo por cocaína en los Juegos Panamericanos de 1999, lo que le permitió competir en los Juegos Olímpicos de Sydney.
"Ya aquello fue una vergüenza", afirmó Digel, que reveló que Ljunqvist ya habló entonces "de más controles positivos de Sotomayor".
Ljungqvist es el más señalado por todos como responsable del erróneo tratamiento del caso. El sueco defendió por qué aún no se hizo oficial el caso pese a haber pasado más de cinco meses desde el control en Tenerife. "El resultado del laboratorio lo recibimos bastante después del mundial", se justificó Ljungqvist.
En cualquier caso, aún está en el aire el desenlace del caso y la posible sanción para el cubano.
Como explicó Gyulai, las investigaciones están centradas en la enorme diferencia entre el resultado de la prueba A y la B. En la primera prueba se constató una presencia de nandrolona cuatro veces mayor de los dos nanogramos permitidos, mientras que en la segunda la cifra se redujo a 4,3 nanogramos.
En lo que a la sanción se refiere, las dudas se producen por el hecho de que Sotomayor ya anunció su retirada de la competición. "No está nada claro cómo se maneja un asunto así con atletas retirados", explicó Digel. Las reglas de la IAAF hablan siempre de suspensiones, pero no de multas.